En un recorrido por vialidades de municipios como Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán y Cuautitlán Izcalli se constató que de 100 conductores, 60 no portan un tapabocas al momento de realizar su actividad, mientras que los usuarios sí lo utilizan.
La imposibilidad de respirar de manera adecuada, la obstrucción de la visión en los anteojos y hasta incredulidad respecto a la epidemia de influenza son parte de las justificaciones que dan los transportistas para no portar el cubrebocas.
"Si te va a dar, te va a dar, uses o no uses el tapabocas y la verdad es que es muy incómodo traerlo, aunque en la línea nos lo hayan dado y nos digan que lo tenemos que usar por nuestro bien", indicó Juan Carlos Pérez, conductor de un microbús en Valle Dorado, en Tlalnepantla.
Otra de las recomendaciones realizadas por las autoridades para el servicio de transporte público es lavar el piso y desinfectar los barandales y pasamanos al concluir cada recorrido, sin embargo esta disposición tampoco se cumple en muchos de los casos.
En Atizapán, en la ruta que va de Las Colonias a Las Alamedas que es un recorrido de cinco kilómetros, los conductores realizan hasta cuatro viajes completos antes de pasar un trapo húmedo por la puerta y en el volante.
En Naucalpan en un microbús de la Ruta 2 que va hacia Chapultepec, los usuarios solicitaron al conductor colocarse el tapabocas que llevaba colgado al cuello, petición que cumplió de manera obligada.
En cambio conductores de taxis en diferentes sitios del valle de México, a petición de las dirigencias de las respectivas bases, ofrecen el servicio con las precauciones necesarias como portar el tapabocas, limpiar la unidad después de un viaje y utilizar alcohol en gel.