Según un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Pemex ha conseguido aumentar dentro del plazo previsto para ello un 4.68 por ciento su participación en la petrolera hispano-argentina, frente al 5 por ciento adicional que se marcó.
Por su parte, Petróleos Mexicanos (Pemex), a través de su filial P.M.I. Holdings, adquirió a comienzos del pasado mes 56,377,090 acciones de Repsol YPF, representativas del 4.62 por ciento del capital de la petrolera española, por unos 1,150 millones de euros a precio de mercado, según comunicó al supervisor bursátil el 2 de septiembre.
Después de esta operación y tras los ajustes pertinentes, Pemex ha declarado una participación del 9.49 por ciento en la compañía que preside Antonio Brufau.
En consecuencia, y en virtud del acuerdo que Sacyr y Pemex alcanzaron el 29 de agosto para sindicar los derechos de voto de sus respectivas participaciones en Repsol, ambas compañías son titulares de 360.17 millones de acciones de la petrolera, representativas del 29.5 por ciento de su capital social.
Una cifra que, sin embargo, es inferior al objetivo que se marcaron tanto la constructora, que posee el 20 por ciento de Repsol, como la empresa mexicana, que buscaban controlar el 29.8 por ciento de forma conjunta y sortear así la obligación legal de presentar una opa por la petrolera, que debería hacerse de alcanzar el 30 por ciento.
Las cifras declaradas por el grupo constructor que preside Luis del Rivero y Pemex se corresponden con los porcentajes de los derechos de voto en Repsol, ya que según indican en el comunicado remitido a la CNMV, ésta última no ha comunicado la titularidad, directa o indirecta, de acciones propias.
Tras ello, Sacyr continúa siendo el principal accionista de Repsol, con el 20 por ciento, seguida de Caixa Bank, con el 12.8 por ciento y Pemex, con el 9.49 por ciento del capital social.
En el marco de este pacto, Sacyr y Pemex consideraron conveniente separar las funciones del presidente del Consejo de Administración y del primer ejecutivo de la petrolera, cargos que ahora recaen en Antonio Brufau, cuya gestión ha sido cuestionada públicamente por Del Rivero.
El acuerdo, con una duración inicial de diez años prorrogables automáticamente en plazos de cinco, busca desarrollar la visión común que tienen sobre Repsol y aportar "sus conocimientos y experiencia para participar, colaborar e influir en la mejor gestión (de la compañía)", señalaron en su día.