Lámparas solares frente al cambio climático

El cambio climático, grave consecuencia de la contaminación ambiental, es una de las mayores amenazas que enfrenta el planeta. Sus efectos se dejan sentir cada vez más frecuentemente con el azote de fenómenos extremos, como megahuracanes, inundaciones, y sequías, por citar unos cuantos.

Unos de los agentes que más contribuyen al calentamiento de la temperatura de la Tierra son los gases de efecto invernadero que liberan al ambiente diversas ramas industriales y que, en 2015, sumaron unas 32 mil millones de toneladas de CO2. De éstas, una gran parte corresponde a la generación de electricidad.

Ante esta realidad, México juega un papel determinante dado que cerca del 90 por ciento de los usuarios utiliza energía eléctrica para uso residencial, por lo que si alguien cuenta con el poder para lograr un cambio positivo en el medio ambiente son los consumidores a través del uso racional de este recurso utilizado principalmente en la iluminación de espacios. Para ello, hoy más que nunca, es clave buscar soluciones eficientes.

Si bien el uso de lámparas ahorradoras representa una opción 70 por ciento más eficiente frente a las convencionales, las tecnologías diseñadas para funcionar con energía solar han demostrado ser la alternativa más eficaz y amigable con el ambiente porque no contaminan y, además, brindan mayor luminosidad.

Otra ventaja es que no dependen de la red eléctrica, debido a que cuentan con unidades de almacenamiento de energía propia alimentadas con celdas de alta eficiencia que, en complemento con la tecnología LED, se convierten en soluciones adaptables a cualquier espacio y lugar; característica que las convierte en la opción más viable para dotar de iluminación a habitantes sin acceso a electricidad que, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, es el 17 por ciento de la población mundial.

Existen en el mercado notables ejemplos de este tipo de dispositivos al alcance de los consumidores, uno de ellos son los productos AWANGO by TOTAL, fabricante de lámparas y equipos de energía solar fotovoltaica diseñados para instalarse fácilmente. En el caso de México las innovaciones de este tipo, más allá de representar notables ahorros para los consumidores, contribuyen a la urgente necesidad de utilizar fuentes de energía renovable en un país que produce 75 por ciento de la electricidad a partir de la quema de combustibles fósiles.

Soluciones como éstas, sin duda contribuyen al objetivo fijado por la ONU (en el Acuerdo de París) de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para impedir que la temperatura media del planeta se eleve más allá de los dos grados centígrados para garantizar la sostenibilidad ecológica. Un compromiso en el que los consumidores juegan un papel determinante.