Gazprom cambia su estrategia hacia el mercado energético europeo

El presidente del grupo energético ruso Gazprom, Alexei Miller, anunció hoy un cambio "radical" en la estrategia de la compañía hacia el mercado europeo, después de suspenderse la proyectada construcción del gasoducto por el sureste de Europa (South Stream).

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"Este es el principio del fin de nuestro modelo, orientado a suministros hacia el consumidor final en el mercado europeo", declaró Miller en una entrevista en la televisión estatal rusa.

Según el presidente de la empresa que monopoliza el sector energético ruso, la Unión Europea (UE), tras "boicotear" el proyecto South Stream, tendrá que enfrentarse en adelante a un nuevo poderoso país de tránsito: Turquía.

Como socio estratégico de Rusia, Turquía podrá distribuir en el futuro 50.000 millones de metros cúbicos de gas en Europa, informó Miller. Ankara podrá usar su posición como "válvula de gas" en el póker geopolítico con la UE, agregó.

"En cuanto al volumen de nuestros suministros, Turquía ocupará el segundo lugar, después de Alemania", señaló Miller. Mientras que Alemania es el principal centro de distribución del gas ruso en el norte de Europa, Turquía desempeñará este papel en el sur.

El papel de Ucrania, que hasta ahora ha sido el país de tránsito más importante para los suministros de gas ruso a la UE, será en el futuro irrelevante, aseguró Miller.

El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el fin del proyecto South Stream el pasado lunes durante su visita a Turquía. Miller subrayó en la televisión estatal rusa que esta decisión es definitiva. Aunque Rusia ya ha invertido cuatro millones de euros en la construcción del gasoducto en su territorio, esta capacidad se utilizará en el futuro para los suministros a Turquía, explicó.

Al igual que estaba previsto en el proyecto South Stream, las tuberías pasarán por el Mar Negro, aunque no llegarán a Bulgaria, país miembro de la UE, sino a Turquía, indicó el presidente de Gazprom.

En adelante, las empresas proveedoras en Europa tendrán que construir ellas mismas los conductos que lleguen a los consumidores, ya que Gazprom ya no se ocupará de este asunto, insistió Miller, quien atribuyó el fracaso de South Stream a la "burocracia" de la UE.

El fin del proyecto afecta sobre todo a Bulgaria. Según Miller, este país tiene que renunciar no solo a la creación de 6.000 puestos de trabajo, sino también a inversiones por un monto de 3.000 millones de euros, así como a los derechos de tránsito que se pagan todos los años.

Además, los 18.000 millones de metros cúbicos de gas que hasta ahora fluyen a través de Bulgaria por otros conductos ya existentes también serán desviados hacia Turquía, puntualizó el presidente de Gazprom.