"No puede ser una decisión unilateral" sino que "hay que hacerlo colectivamente", señaló Besson en declaraciones a la prensa a la salida del Consejo de Ministros.
Afirmó que "son los Estados Unidos los que lo han pedido, Francia acoge favorablemente esta hipótesis y ahora esperamos las conclusiones de la Agencia Internacional de la Energía" (AIE).
La Administración estadounidense puntualizó ayer que su posición no ha cambiado sobre esa cuestión, después de que hubieran corrido rumores en el mercado de que apostaba por recurrir a las reservas estratégicas, cuya constitución son una obligación para los países de la AIE, a un nivel equivalente a 90 días de consumo.
A ese respecto, Washington reiteró que todas las opciones están encima de la mesa, incluida ésta, pero que no se ha tomado ninguna decisión al respecto.
Preguntada sobre si la AIE está estudiando esta cuestión o si ha recibido peticiones de sus miembros para hacerlo, una portavoz contestó a Efe que la organización no hace "ningún comentario".
El pasado día 14, su directora ejecutiva, Maria van der Hoeven, advirtió sobre las consecuencias de la escalada de los precios del barril de petróleo "justo cuando el mundo está empezando a salir de la recesión de 2008-2009", que afecta no sólo a los países ricos, sino que otros emergentes "son también vulnerables".
En el Foro Energético Internacional celebrado en Kuwait, Van der Hoeven señaló que la factura petrolera el pasado año llegó a representar más del 5 por ciento del producto interior bruto global, a un nivel incluso ligeramente superior al de 2008.
Teóricamente, las reservas estratégicas sirven para hacer frente a rupturas en el aprovisionamiento.