La planta tiene una capacidad para producir 800,000 toneladas anuales de biodiésel, a partir de aceite de palma de Malasia e Indonesia y también grasa animal, que exportará a los mercados de Europa, Canadá y Estados Unidos.
El presidente de Neste Oil, Matti Lievonen, indicó que, a pesar de su rápido crecimiento, los países asiáticos no supondrán un mercado de envergadura para el combustible biológico.
Neste Oil eligió Singapur por ser el tercer mayor centro de refinación de petróleo del mundo y por estar enclavado en la principal zona productora mundial de aceite de palma.
La compañía finlandesa ha desarrollado su propia tecnología para producir biocombustible de nueva generación, llamada NExBTL, que permite utilizar como materia prima cualquier tipo de grasa vegetal o animal.
El biodiesel NExBTL tiene una calidad superior a la de los combustibles fósiles y, además de ser renovable, emite entre un 40 y un 60 por ciento menos de gases de efecto invernadero que éstos.
Los grupos ecologistas han acusado a la industria del aceite de palma en Malasia e Indonesia de acelerar la deforestación de las selvas de Borneo o Java y poner en peligro a especies como el orangután o el rinoceronte de Java.
Sin embargo, Neste Oil dice que cuenta con el certificado alemán ISCC (International Sustainability and Carbon Certification), que garantiza que cumple con una exigente normativa medioambiental.
La compañía anunció que dedica el 80 por ciento de su investigación a la producción de biocombustible a partir de algas y microbios, que se pueden criar de manera completamente sostenible.
En 2007, Neste Oil abrió su primera planta de biodiesel NExBTL en Porvoo (Finlandia), con una capacidad de 170,000 toneladas anuales.