De acuerdo con la encuesta de salida realizada a los votantes que asistieron a las urnas en el recién proceso electoral, son más los electores que consideran que su economía personal se ha deteriorado. Cuatro de cada diez (38 por ciento) manifestaron que la misma ha empeorado “mucho” o “algo” en los últimos tres años. En tanto, 26 por ciento dijo que su economía personal ha mejorado “mucho” o “algo”. Para 35 por ciento de los votantes su economía no ha mejorado o empeorado en este lapso de tiempo.
La comparación en los resultados de otras encuestas de salida realizadas por Parametría permiten observar que del año 2012 a la fecha hay un descenso en los votantes que afirman que su economía ha mejorado. Transitó de 30 por ciento hace tres años los votantes que así lo refirieron a 26 por ciento en 2015. Los datos de esta elección se parecen un poco más a los que registramos en el proceso electoral del año 2009, cuando sólo 24 por ciento de los que asistieron a las urnas dijeron percibir una mejoría en sus finanzas personales.
Debemos recordar que en el año 2009 la desaceleración de Estados Unidos provocó una caída en el crecimiento económico del país, lo que dejó estragos en la economía de las familias mexicanas. La recuperación de dicho evento fue posible dos años después, hasta el 2011. Acerca de la actual administración podemos ver que si bien no ha habido crisis económicas, el manejo de la economía sí ha sido un reto importante.
Las expectativas de crecimiento económico del año 2013 se calcularon en 3.5 por ciento y al finalizar el año tuvimos un crecimiento real de sólo 1.5 por ciento. Una cifra muy alejada de las previsiones. En el 2014 la expectativa era crecer a 4 por ciento, no obstante, el crecimiento finalmente fue de 2.1 por ciento. Este año se han modificado las expectativas de crecimiento por parte del Banco de México y de los analistas financieros, quienes han bajado el porcentaje en distintas ocasiones.
Las implicaciones electorales que tiene la percepción de un buen o mal manejo de la economía las podemos apreciar si analizamos el siguiente gráfico. El 44 por ciento de los votantes a la salida de urna que refirieron que su economía personal ha mejorado emitieron un voto por el partido en el gobierno, el PRI, así como por su aliado en coaliciones el PVEM, quién obtuvo el 11 por ciento de los votos de las personas que dijeron tuvieron una mejoría en el tema. Lo que habla de un refrendo a la gestión en curso.
En cambio, podemos observar que los votantes que percibieron un deterioro de sus finanzas personales se inclinaron en mayor proporción por el PRD (15 por ciento), Morena (14 por ciento) y Nueva Alianza (14 por ciento). En el caso de los votantes por Morena podemos ver cómo que si bien el 9 por ciento de los electores generales dijo haber votado por dicho partido, entre los votantes que dijeron su economía había empeorado el porcentaje sube a 14 por ciento. Cinco puntos más. Morena atrajo a los electores que consideran que su economía no va bien. Este partido sabía que podía ser una opción para los electores insatisfechos, prueba de ello es su campaña de comunicación política donde indicaron que ya habían advertido los riesgos de votar por ciertos partidos.
Tener un buen manejo de la economía tiene implicaciones electorales importantes. Las altas expectativas generadas por el actual gobierno hacen que los electores esperen resultados favorables en este tema. Si los votantes no perciben una mejoría puede traer consecuencias importantes para el actual gobierno.
