En cambio, las ofertas de esta iniciativa comercial despertaron poco interés y confianza en los mexicanos. Datos de la más reciente encuesta nacional en vivienda realiza por Parametría, muestran que pese a lo publicitado del evento y el alto nivel de conocimiento en la población (88 por ciento), solo el 15 por ciento de la población aprovechó las rebajas realizadas del 15 al 18 de noviembre.
La iniciativa de “El Buen Fin”, del gobierno federal junto con algunas cámaras de comercio y de empresarios, se institucionalizó para reactivar la economía del país y de los mexicanos, además de fortalecer a los sectores de comercio, servicios y turismo por medio del consumo. Sin embargo, para los entrevistados el programa de descuentos aún dista de los objetivos propuestos; en la mayoría de entrevistados (entre el 78 y 84 por ciento) predomina la percepción de que estas ofertas ayudan poco o nada a impulsar la economía del país, a generar empleos, o a beneficiar a la población que menos recursos tienen, no obstante opinan que sí benefician a los más favorecidos económicamente.
Tres de cada cinco mexicanos (60 por ciento) percibe que el programa de descuentos favorece mucho a los que más tienen, frente a uno de cada cinco entrevistados (8 por ciento) que observa el mismo provecho para el resto de la población.
En la primera edición de la iniciativa, las ventas alcanzaron los 106 mil millones de pesos; para 2012 repuntaron más del 40 por ciento y llegaron casi a los 150 mil millones de pesos; este año las ganancias previstas meses antes fueron superadas en un 16 por ciento respecto a las cifras del año pasado, de 160,000 millones a 173,620 millones de pesos.
Los ingresos por las ventas se han incrementado año con año, al igual que la mala opinión que la ciudadanía tiene de las ventajas del programa de ofertas. Desde el arranque de “El Buen Fin” (en 2011) se han presentado bajas expectativas sobre los beneficios. En 2012, las expectativas sobre los beneficios directos e indirectos de las rebajas comerciales aumentaron. Ahora, solo uno de cada diez mexicanos creen que el fin de semana de descuentos ayuda en mucho a impulsar la economía del país (11 por ciento), a generar empleos (8 por ciento), a la población en general (10 por ciento) y a los que menos tienen (8 por ciento).
La apreciación de que “El Buen Fin” solo beneficia a los que más tienen se corrobora al analizar el perfil de las personas que adquirieron algún producto o servicio durante los días de descuento. En mayor proporción, los mexicanos que aprovecharon esos días de noviembre para comprar algo son aquellos que tienen un ingreso mayor a los 4,500 pesos y aquellos que se consideran de clase media (37 por ciento).
Mucho se ha comparado “El Buen Fin” con el Black Friday, no obstante, el programa local de ofertas aún está lejos de alcanzar el programa comercial de Estados Unidos celebrado el viernes inmediato al Día de Acción de Gracias. El “Viernes Negro” es una de las fechas más esperadas por los consumidores estadounidenses, de acuerdo con una encuesta realizada por la consultora Accenture, el 55 por ciento de los consumidores ya tenía previsto realizar sus compras durante la jornada del Black Friday, dos puntos porcentuales por encima de la participación del año pasado y diez puntos del 44 por ciento registrado en 2011. También, se espera que las ventas suban alrededor de un 3.9 por ciento en comparación con el año pasado, hasta los 602,100 millones de dólares.
Si bien, las ofertas de “El Buen Fin” no tienen el éxito que el Black Friday en Estados Unidos sí están ganando auge en la población con medianos recursos, aunque existen dudas sobre los beneficios directos que el consumo pueda traer a la economía de los mexicanos que menos recursos tienen. Estos datos pueden estar acompañados por una percepción de la economía (personal y del país) en deterioro.