La magnitud e irracionalidad de la primera guerra mundial, la aparición del fascismo, del nazismo y la segunda guerra mundial –a manera de ejemplos-, generaron esfuerzos para encontrar una solución intelectual a estos trágicos acertijos de la historia; fue así que las teorías y los métodos aparecieron por primera vez en la ciencia política. Las investigaciones y los resultados de éstas han sido claros y significativos. Por ello, ahora se puede detallar lo que implica la cultura política democrática y su incidencia en la construcción y consolidación de la democracia en Estados constitucionales de derecho o, en su defecto, la destrucción de este tipo de Estados. “La cultura política es el conjunto de orientaciones subjetivas hacia la política en una población nacional o en un subconjunto de población nacional. Tiene componentes de conocimiento, afectivos y evaluativos. Incluye conocimientos y creencias sobre la realidad política, sentimientos con respecto a la política y compromisos con los valores políticos. El contenido de la cultura política es el resultado de la socialización, educación y exposición a los medios de comunicación en la niñez y a experiencias con el desempeño gubernamental, social y económico en la etapa adulta. Por último, la cultura política afecta el desempeño y la estructura de gobierno, la fuerza pero no la determina”. Así lo señaló Gabriel Almond en “El Estudio de la Cultura Política” (1995).
Es así que la teoría de la cultura política considera algunos elementos fundamentales, a través de los cuales pueden ser planteadas algunas soluciones a la problemática ocasionada por una población carente o disminuida en su cultura política democrática. Estos elementos son el resultado de investigaciones del comportamiento humano en razón de la psicosociología y la ciencia política; a saber: a) La estabilidad o persistencia de la cultura política, así como la confianza en las autoridades actuantes y la confianza en las instituciones políticas y sociales, dependerá de la efectividad del desempeño de los líderes, funcionarios y agencias; b) Las creencias políticas y los valores políticos son más resistentes al cambio o degradación; c) Las actitudes, identidades y compromisos con valores asociados con etnicidad, nacionalidad y religión, son más resistentes al cambio; d) El incremento de los niveles educativos en las sociedades industrializadas, trae en proporción ciudadanos eficaces políticamente y transforma la cultura política de estas sociedades; e) La televisión ha acentuado la importancia de los medios de comunicación en el rediseño de valores y las actitudes políticas. Por eso es un hecho que ciudadanos políticamente cultos, facilitan la gobernabilidad democrática y en México los necesitamos.
Christián Gutiérrez / Politólogo.