Desde su formación como licenciada en Nutrición y Ciencias de los Alimentos, su interés en la investigación la llevó a adentrarse a los laboratorios donde empezó a desarrollar sus estudios en la disminución de las complicaciones de la obesidad, hasta que su curiosidad por darle más y mejor información al paciente la encaminó al doctorado en Ciencias Bioquímicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el año 2013 inició una de las investigaciones que próximamente la conducirá a trabajar en las instalaciones del Centro de Investigación Nestlé, en Suiza.
"La finalidad de la estancia en Nestlé será conocer cuáles son las especies bacterianas en específico, para poder desarrollar una herramienta diagnóstica con la mira de hacer un probiótico para modificar la microbiota cervicovaginal en la mujer embarazada", señaló en cuanto a las expectativas de los resultados durante su estancia en el extranjero.
El primer estudio se llevó a cabo en el Inmegen con el secuenciamiento de la microbiota cervicovaginal, en el que se contó con una cohorte de mil mujeres gestantes del Distrito Federal tomando muestras mensuales de exudados cervicovaginales, en las que se logró identificar a algunas que desarrollaron parto pretérmino.
La microbiota cervicovaginal, como lo explica la doctora Palacios González, cambia en cuanto la mujer se embaraza, pero en el caso de las que tienen un embarazo pretérmino, es decir prematuro, esta no se modifica, de modo que sigue comportándose como la de una mujer que no está en proceso de gestación.
Una de las situaciones de advertencia que enfrenta la doctora a lo largo del desarrollo de esta investigación es que hay una “ventana de tiempo” crucial para evitar un parto prematuro, acotando que durante el segundo trimestre de embarazo se hace una prueba diagnóstica en la búsqueda de bacterias específicas para que, mediante una prueba de exudado, se vea la presencia o ausencia de estas a miras del desarrollo de una terapia probiótica.
El proyecto fue financiado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y la Universidad de Michigan; sin embargo, fue dentro del Hospital Materno Infantil Inguarán de la Secretaría de Salud en el Distrito Federal en donde se construyó la cohorte de mujeres gestantes.
“Lo que sucede con la ciencia es que se queda a nivel de científicos; mucho de lo que falta, por lo menos en el caso de las mujeres embarazadas, es lograr empoderar a las mismas en la condición de su embarazo para que esto repercuta en su salud y en la de su hijo. Los científicos debemos explicar de manera sencilla cómo cuidar de nuestra salud y que la gente conozca los beneficios de estar bien informado”, concluyó la doctora en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.