Un equipo de expertos liderado por Katherine Clark, de la universidad británica de Bristol, investigó la composición química de los tejidos y vendas de cuatro trozos de carne embalsamados hace entre 1.400 y 1.000 años antes de Cristo.
Resultó que estos trozos habían recibido tratamientos muy distintos, pues hallaron entre otros diferentes tipos de grasa animal y restos de cera.
Especialmente llamativa era una costilla de vaca hallada en la tumba del matrimonio Juja y Tuja, en el Valle de los Reyes. Los investigadores encontraron resina de pistacho, un caro artículo de importación considerado un lujo en el antiguo Egipto.
Su uso, por ejemplo para fumar, estaba reservado a reyes y la clase más alta. Sólo rara vez se encuentra resina de pistacho en momias humanas. Según asumen Clark y sus compañeros, quizá sirviera para hacer más sabrosa la carne.