"La misión ha sido un éxito, pero éste es un momento un poco triste para mí", confesó David Lehman, el gerente del programa GRAIL (la sigla en inglés que corresponde a Laboratorio de Recuperación y Gravedad Interior), en una conferencia de prensa desde Pasadena, California.
Después de años de preparación, un cohete Delta II partió en septiembre de 2011 propulsando hacia la Luna dos satélites: el GRAIL A -que escolares estadounidenses bautizaron "Ebb"- y el GRAIL B, bautizado "Flow".
Los robots orbitales emplearon un sistema de campo gravitacional de alta calidad para determinar la estructura interior de la Luna, y María Zuber, la científica del Instituto Tecnológico de Massachusetts encargada del proyecto, dijo hoy que las imágenes sin precedentes "nos dan un conocimiento enorme de la Luna".
"Ebb" y "Flow" se colocaron en sus órbitas entre el 31 de diciembre de 2011 y el 1 de enero de 2012 y de inmediato iniciaron su labor de retratar la intimidad de la Luna que continuó hasta fin de marzo.
"'Ebb' y 'Flow' han completado exitosamente su misión científica principal -agregó Zuber-. Estamos haciendo los aprestos finales y dado que a los dos robots se les está agotando el combustible la misión pronto terminará".
"Quiero aclarar que esto ocurre todo de acuerdo con lo planificado", señaló.
Después de una pausa veraniega, los dos robots reanudaron una misión extendida a fines de agosto trabajando desde una altura de 23 kilómetros desde la superficie de la Luna.
El 6 de diciembre, una maniobra con cohetes bajó los robots a 11 kilómetros de distancia del suelo lunar y desde allí han seguido captando imágenes.
Lehman explicó que la navegación para aproximarse a la órbita baja ha requerido el encendido de los cohetes tres veces por semana "y esto ha ido gastando el combustible".
El domingo se cumplirá la última órbita de los robots gemelos y desde el control de misión se apagarán todos los instrumentos científicos, añadió.
"Cincuenta y cuatro minutos antes del impacto haremos una última observación, encendiendo los motores para determinar con exactitud cuánto combustible queda en los tanques -explicó Lehman-. Ese encendido durará menos de nueve minutos".
Tras ello, "Ebb" y "Flow" se dirigirán a la cima de una montaña en el polo norte de la Luna y concluirán su misión, estrellándose antes de pasar al otro lado del satélite, invisible desde la Tierra.