Los investigadores han empleado diez años y el telescopio Isaac Newton en las Islas Canarias para conformar un mapa extraordinariamente rico en detalles que ofrece una nueva mirada en la estructura de esta gigantesca galaxia espiral. El equipo ha estado liderado por Geert Barentsen, de la universidad británica de Hertfordshire, en Hatfield.
La Vía Láctea, que en una noche especialmente oscura se ve como una banda resplandeciente en el cielo, es una gigantesca concentración de estrellas en forma de espiral que forma parte del sistema solar en el que se encuentra La Tierra.
Como nuestro sistema solar forma parte de la Vía Láctea, sólo podemos ver una parte de esa espiral. Desde esa perspectiva resulta difícil reconocer la estructura exacta de nuestra galaxia, que tiene un diámetro de unos 100,000 años luz. Un año luz se corresponde con diez billones de kilómetros.
Los astrónomos estiman que al menos 100,000 millones de estrellas componen la Vía Láctea, por lo que desde la Tierra se puede observar sólo una mínima parte.
Con el telescopio Isaac Newton, en las Canarias, los investigadores mapearon varias estrellas más visibles de la Vía Láctea, unas que son más claras que aquellas que brillan más débilmente y que son más difíciles de ver para el ojo humano.
El nuevo mapa muestra la profusión de estrellas en suspensión en la Vía Láctea así como información sobre la estructura. Puede servir para realizar pruebas en modelos matemáticos de la Vía Láctea, según señaló en un comunicado la Royal Astronomical Society.