El brasileño Braulio Ferreira de Souza Dias, el secretario ejecutivo del Convenio sobre la Biodiversidad Biológica, un organismo dependiente de la ONU con sede en Montreal (Canadá) y responsable del Día Internacional de la Biodiversidad Biológica, declaró a Efe que 2012 es un año "clave" para la vida marina.
"La biodiversidad está bajo presión en todos los ecosistemas de nuestro planeta. En general, podemos decir que el exceso de la explotación comercial de las pesquerías mundiales es grave", sostuvo el experto al referirse a los sitios donde frecuentemente se pesca con fines comerciales.
"Más de la mitad de las pesquerías mundiales están agotadas y una tercera parte están diezmadas. También se estima que entre el 30 % y 35 % de los medioambientes marinos críticos han sido destruidos", añadió.
El panorama expuesto por Dias es alarmante: "La basura plástica sigue matando la vida marina y la contaminación procedente de tierra está creando áreas de aguas costeras sin casi oxígeno".
"A esto se añade que el aumento del uso de combustibles fósiles está afectando el clima global, haciendo la superficie de los océanos más cálida, el aumento del nivel del mar y de la acidez de los océanos con consecuencias que sólo ahora estamos empezando a entender" dijo.
Un elemento clave en esa labor de entendimiento de la situación y futuro de los océanos es el Censo de la Vida Marina (CVM) completado en 2010.
La década de trabajo realizado por miles de científicos de todo el mundo para compilar CVM ha permitido saber que los mares del planeta contienen entre 500.000 y 1 millón de especies (6.000 de ellas descubiertas por los investigadores de CVM), más que ningún otro ecosistema de la Tierra.
Jessee Ausubel, director de programas de la Fundación Alfred Sloan (Estados Unidos) y uno de los dos creadores del CVM, dijo a Efe que la salud de los océanos será crítica en la próxima generación.
"La gestión del medioambiente marino sigue estando 100 años por detrás del terrestre. La humanidad debe recuperarse muy rápidamente. Si no reducimos muy prontamente la destrucción de los océanos, así como los hábitos y costumbres que la causan, la situación será totalmente trágica en una generación", dijo Ausubel.
En términos similares se expresó Dias, para quien el mayor problema para la biodiversidad procede del modelo de consumo actual.
"Podemos decir que la biodiversidad está en riesgo por un modelo de consumo y producción que no valora la biodiversidad y que, por lo tanto, produce sobreexplotación. Esto será incluso más pronunciado en un contexto de una creciente población mundial y mayores efectos del cambio climático", afirmó.
Patricia Miloslavich, profesora titular del Departamento de Estudios Ambientales de Universidad Simón Bolívar de Caracas y que fue una de las principales científicas del CVM, dijo a Efe que "los océanos de países latinoamericanos enfrentan las mismas amenazas que el resto del mundo"
Miloslavich señaló esos problemas como "el exceso de pesca, la pérdida de hábitat, la contaminación, el aumento de la temperatura y la invasión de especies no nativas".
Pero la científica venezolana también destacó que gracias a CVM se ha establecido la red SARCE (South American Research Group in Coastal Ecosytems) "un avance en la integración científica a nivel regional que podría brindar buenos frutos a corto plazo".
Son iniciativas como SARCE en las que Dias y el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica tienen puestas sus esperanzas.
Dias considera que, aunque se puede "hacer más, es importante destacar que muchos países están dando un paso al frente y estableciendo extensas redes de áreas protegidas para asegurar que las especies marinas están protegidas".
Como dijo a Efe Ron O'Dor, jefe científico de CVM, "las buenas noticias es que cuando las especies son protegidas, se recuperan, aunque sea lentamente".
"Pero tenemos que hacer más esfuerzos para lidiar con la contaminación marina, la pesca insostenible, presiones sobre hábitats como los arrecifes de coral y por supuesto el aumento del CO2 en la atmósfera", puntualizó.