Como parte de las actividades del IV Festival Internacional de Planetarios, con sede en el domo “Luis Enrique Erro” del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Pires Vieira hizo un recuento de los aciertos y errores cometidos durante la modernización del planetario brasileño, que inició operaciones en 1970 con un proyector Zeiss Mark 4 en la cúpula Galileo Galilei.
Al dictar la conferencia “El impacto cultural y educativo en Brasil del Planetario de Río de Janeiro”, el astrónomo comentó que la construcción de la autopista Lagoa-Barra y la apertura del Túnel Reboucas contribuyeron a que la cúpula con una capacidad para 90 espectadores recibiera un mayor flujo de visitantes, lo que impulsó la construcción de un segundo domo de 23 metros de diámetro y que lleva el nombre de Carl Sagan.
En 2011 empezó una renovación completa de la cúpula Galileo Galilei con sistemas digitales que al cabo de tres años de operación tuvieron que ser sustituidos paulatinamente, momento en que se presenta una crisis económica y social que amenazó con detener las operaciones del Planetario, sin embargo, con una planeación meticulosa, dirigida por astrónomos, fue posible seguir adelante.
El especialista brasileño mostró gráficamente cómo se edificó el Museo del Universo que hoy alberga la sala de observación solar, el Centro de Documentación e Información Tecno-Científica y los talleres de actualización de profesores e iniciación científica, biblioteca y diversas áreas de actividades para niños.
Mediante un recorrido virtual por los espacios de la construcción monumental, Pires Vieira reveló una placa de la bandera de Brasil, de la cual explicó que sus estrellas no son aleatorias, sino que reflejan un aspecto del cielo el día que se proclamó la independencia del país, al tiempo que simbolizan sus 26 estados y el Distrito Federal brasileño.