Los científicos estiman que el objeto, conocido por ahora como L91, podría estar en proceso de cambiar gradualmente su camino hacia el interior de la nube de Oort -una reserva de cometas y otros cuerpos helados-, aunque ningún objeto ha sido visto nunca hacer esto.
El L91 fue descubierto en septiembre de 2013 con el Telescopio Canadá-Francia-Hawai, localizado en Hawai, por un grupo de astrónomos que llevaban a cabo un estudio detallado en una pequeña porción del espacio para catalogar y describir los objetos del Cinturón de Kuiper.
Observaron que L91 tiene una órbita elíptica, cuyo punto más cercano a la Tierra es de aproximadamente 50 unidades astronómicas (UA, equivalente a 50 veces la distancia entre nuestro planeta y el Sol), mientras que el más lejano está a mil 450 UA.
El descubrimiento de L91 revela más sobre los mundos extremos cuyas órbitas se hallan más allá de la influencia gravitacional de Neptuno, el planeta gigante más distante en el Sistema Solar, reportó la revista especializada Nature.
Sin embargo, los investigadores aún tienen que explicar plenamente cómo estos cuerpos terminan en sus órbitas actuales. “Cada vez que hallamos otro de estos objetos, es una pieza más del rompecabezas”, dijo Meg Schwamb, científico planetario en Observatorio Gemini, Hawai.
La ubicación y trayectoria de L91 lo hacen “fascinante”, dijo Michele Bannister, astrónomo de la Universidad Queen, Belfast, en la reunión de la División de la Sociedad Astronómica Americana de Ciencias Planetarias y el Congreso Europeo de Ciencia Planetaria, en California.
El L91 puede haber sido arrojado a su órbita a distancia por interacciones gravitatorias con Neptuno en el pasado distante, estimó Nathan Kaib, astrónomo de la Universidad de Oklahoma en Norman.
Bannister y sus colegas creen que el objeto pudo haber “caminado” unas dos mil UA antes de comenzar su camino hacia el exterior del Sistema Solar, “su órbita está cambiando de una manera bastante notable”, señalaron los astrónomos.