Rossi, nacido en Toronto hace 55 años donde estudió genética molecular, fundó en 2010 la empresa biotecnológica Moderna para dar salida comercial a uno de sus descubrimientos: la capacidad de transformar y reprogramar células madre pluripotentes.
El biólogo molecular, entonces profesor en la Universidad de Harvard, quería demostrar las posibilidades de utilizar una versión modificada del ARN mensajero (ARNm) para provocar que las células creasen determinadas proteínas.
Ese descubrimiento fue utilizado 10 años después por Moderna para crear una de la dos vacunas de ARNm contra la covid-19 y que le ha valido el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica junto con otros seis científicos de todo el mundo.
Desde Massachusetts, donde vive ahora, Rossi expresó a Efe su satisfacción por el galardón.
A ESPAÑA EN OCTUBRE
"Estoy muy feliz. Me dijeron que era uno de los candidatos finales. Y me dijeron que compartiría el premio con otros científicos. ¡Y espero poder ir a España! La ceremonia es en octubre y espero que eso nos permita viajar allí porque me encanta España".
"Había visto los galardonados (por el Premio Princesa de Asturias) en el pasado y es un grupo de científicos muy distinguido. Incluso ser considerado en la misma compañía que esos distinguidos científicos es obviamente un gran honor", añadió.
Preguntado por Efe sobre si anticipó la importancia que tendría su descubrimiento cuando empezó su investigación, Rossi respondió sin titubeos.
"Para ser honesto, cuando lancé en 2010 Moderna creía en el potencial terapéutico de ARNm. Siempre creí de verdad que se convertiría en un nuevo paradigma terapéutico y que cambiará a mejor la salud humana en contextos de enfermedades muy diferentes", explicó.
"Pero por otra parte, ¿imaginé que la primera gran aplicación global sería una pandemia? No. No lo anticipé. Pero si hubiese usado mi imaginación debería haberlo previsto porque la vacunación es la aplicación perfecta para ARNm", añadió.
El científico canadiense dijo que lanzó Moderna pensando en enfermedades genéticas y todavía cree que la terapia de ARNm puede ser utilizada para responder a ese tipo de problemas.
CLIMA ANTICIENTÍFICO EN EE.UU.
"Pero si me hubiese preguntado hace 10 años, la vacunación contra una pandemia global tan mortal no habría sido el primer uso que habría adelantado", reconoció.
Un científico como Rossi reconoce sin rubor su asombro por los ataques sufridos por el mundo de la Ciencia en Estados Unidos desde el inicio de la pandemia hasta el final de la presidencia de Donald Trump.
"Soy un canadiense viviendo en Estados Unidos. Y me quedé asombrado al ver cómo parte del espectro político en Estados Unidos se revolvió contra la Ciencia y los científicos. Pensé que eso sería imposible que pasase en la vida porque el trabajo del científico es revelar la verdad de la naturaleza".
"Me horrorizó ver al inicio de la pandemia que un partido político se oponía a la Ciencia y otro partido estaba a favor. Y ver cómo para muchos operativos políticos los científicos no eran reales o sinceros y que la Ciencia no era real. Era totalmente una locura porque es lo opuesto de lo que es la Ciencia", aseveró.
"Los científicos somos buscadores de la verdad", subrayó.
Y añadió: "La Ciencia es el trabajo colectivo de muchos, especialmente cuando se habla de nuevas terapias. Es un viaje tan largo. Fui un científico académico y aprovechamos el trabajo de otros y por supuesto, otros utilizaron nuestro trabajo. Es como la ciencia normalmente se produce".
Rossi añadió que "las vacunas de ARN mensajero son el producto de biotecnología: Moderna, la compañía que fundé en 2010 y BioNTech. Si no fuese por esas compañías de biotecnología y todo ese proceso, no tendríamos tampoco esas vacunas. Se necesita todo un pueblo para que la Ciencia pase de descubrimiento en el laboratorio a los brazos de las personas".
"La suerte ha sido que la tecnología estaba lista para el momento en que la pandemia llegó. Si la pandemia se hubiese producido hace tres años, la tecnología no había estado lo suficientemente lista ", continuó.
PRÓXIMO PROYECTO: MORDEDURAS DE SERPIENTES
Aunque Rossi hace algún tiempo que abandonó Moderna y ahora es presidente y consejero delegado de Convelo, otra empresa dedicada a la búsqueda de terapias para pacientes con enfermedades neurológicas, señaló que está concentrado en buscar una solución a un problema inusual pero que afecta a centenares de miles de personas cada año: mordeduras de serpientes.
"Creo que es algo realmente importante y a lo que nadie presta atención. Alrededor de 150,000 personas mueren al año de mordeduras de serpientes y otros 450,000 quedan mutilados de forma permanente. Y esta gente son los más pobres de los pobres", dijo Rossi con pasión.
Antes de acabar, Rossi se mostró esperanzado por las lecciones que pueda haber dejado la pandemia, como el esfuerzo de producir vacunas en tiempo récord, para inspirar la búsqueda de soluciones a otros grandes retos globales, como la crisis climática.
"Espero que la gente vea esto como un ejemplo de lo que se puede hacer cuando juntamos nuestros recursos colectivos y nuestra capacidad mental para responder a otro enorme desafío global que debemos encarar, la crisis climática", dijo.
"Nuestro planeta realmente tiene problemas y está sufriendo así que movilicémonos y hagamos algo sobre esto", concluyó.