El estudio, realizado por un equipo internacional de científicos y publicado en Proceedings ot the National Academy of Sciences, mostró que la concentración del elemento químico en la atmósfera comenzó a aumentar después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
La investigación demuestra el papel del yodo en el cambio climático y la contaminación del aire, por lo cual los especialistas consideran de gran importancia incluir estos datos en los modelos climáticos que predicen futuros resultados ambientales globales.
'Debido a la dificultad para acceder a este tipo de datos, el impacto del yodo en la atmósfera no es actualmente una característica de los modelos de clima o calidad del aire que predicen futuros cambios ambientales globales', expresaron en un comunicado los participantes.
Coincidieron en que este estudio en los Alpes europeos proporcionó una nueva visión a largo plazo del delicado equilibrio del ozono en la atmósfera.
El ozono en la atmósfera inferior actúa como un contaminante del aire y gases de efecto invernadero, pero también es el principal impulsor de las emisiones de yodo del océano.