Desde 2014 la UAG, a través del Centro de Sustentabilidad y Energía Renovable (CSER), cuenta con su propia planta de biodiesel, la cual abastece de este combustible a dos camiones de la casa de estudios.
De la recolección del aceite usado en las cafeterías de la universidad y cinco restaurantes, las tres personas que trabajan en la planta producen un promedio de 200 litros al mes, con los cuales se completa una mezcla donde el biodiesel ocupa el 20 por ciento de los tanques.
El ingeniero Jesús Uriarte Camacho, líder del proyecto, señaló que la tecnología de la planta fue desarrollada en su totalidad dentro de la universidad. Las instalaciones permiten producir hasta 60 mil litros al mes a partir de la misma cantidad de aceite de cocina reciclado.
Cabe señalar que la planta de la UAG elabora un biodiesel que, a decir del investigador, se asemeja mucho al diesel fósil, para facilitar la utilización del producto en motores diseñados para funcionar con una mezcla de diesel.
Menos contaminación
El biodiesel permite que las emisiones tóxicas, gases de efecto invernadero y demás contaminantes que emite un vehículo se reduzcan desde 60 hasta 80 por ciento, además de que fomenta la conservación del agua al evitar que el aceite sea dispuesto en el drenaje.
La materia prima para elaborar el biodiesel puede ser extraída de plantas, siendo las más comunes la higuerilla, la jatrofa y la palma de aceite. También se pueden utilizar el cártamo, el maíz y la canola, aunque existe un debate sobre la ética de utilizar como base para producción de biodiesel plantas que sirvan para consumo humano.
Asimismo se puede elaborar biodiesel utilizando desperdicios animales, y aceite residual de cocina.
Se vienen tecnologías superiores
A pesar de que México está en las primeras etapas para la producción y utilización de biodiesel, en varios países del mundo éste comienza a ser una tecnología superada por nuevos descubrimientos. Uno de éstos son las celdas de hidrógeno, que sirven para obtener electricidad a partir de la separación de la molécula del agua.
En países como Brasil, Argentina y Alemania ya se comienza a priorizar este tipo de energía sustentable por sobre el biodiesel, ya que no produce ningún tipo de contaminante. “Es la tecnología del futuro; su eficiencia es el doble de cualquier motor de combustión interna”, asegura el ingeniero.
Sin embargo, en materia de energías sustentables “para pasar de A a C se tiene que pasar por la B, y la B es el biodiesel”, señaló Uriarte Camacho. “Tenemos que transitar. Si nos retrasamos demasiado tal vez nos retrasemos también en otras tecnologías. Son temas que culturalmente toman tiempo”.
El experto confía en que la Reforma Energética brinde un espacio para el crecimiento del uso del biodiesel, así como la implementación de programas y políticas públicas que obliguen a la mezcla de diesel con biodiesel para vehículos automotores, a fin de evitar la excesiva contaminación.
Como negocio
Uriarte Camacho señaló que el biodiesel es una buena opción para comercializar, siempre y cuando los volúmenes de venta sean grandes. “La rentabilidad del biodiesel es muy poca o nula con producción por debajo de 10 mil litros mensuales. Cuando vendes por volumen, de 100 mil litros o más al mes, ya se obtiene una utilidad muy considerable y se convierte en una opción económicamente viable”.
Sin embargo, el investigador advirtió que se requieren de inversiones fuertes y tiempos prolongados para que el negocio del biodiesel florezca, ya que en el caso de los cultivos, el nivel de producción óptimo se alcanza del tercer al quinto año luego de la siembra.
En tanto, la universidad está buscando establecer relación con el gobierno jalisciense para iniciar el uso de biodiesel en las flotillas de municipios, para luego abastecer a las unidades de transporte público de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
“Se tiene la expectativa de presentar la producción de biodiesel como un proyecto de negocio”, apuntó el ingeniero, quien señaló que empresas como Kenword y Coca Cola están interesadas en comprar a la planta universitaria.