El hallazgo, publicado en la revista especializada Nature, pudo ser posible gracias a una atmósfera libre de nubes de ese planeta, identificado como HAT-P 11b, el cual orbita un sol en la constelación Cygnus y es casi cuatro veces más ancho que nuestra Tierra.
Los investigadores, que trabajaron con los telescopios espaciales Hubble, Spitzer y Kepler, dedujeron la presencia de agua e hidrógeno midiendo los colores de la luz que absorbe el exoplaneta cuando transita por delante de su estrella anfitriona.
Anteriormente, sólo los grandes planetas como Júpiter han podido ser estudiados de esta manera.
Los científicos, dirigidos por Drake Deming, profesor de Astronomía la Universidad de Maryland, Estados Unidos, aprovecharon que la atmósfera del exoplaneta se encontraba despejada, ya que de otra manera habría sido imposible sondear a través de sus gases.
El equipo determinó que la atmósfera del HAT-P 11b contenía alrededor de un 90 por ciento de hidrógeno, pero también cantidades significativas de vapor de agua.
Este descubrimiento constituye una paso importante en el estudio de planetas ubicados más allá de nuestro Sistema Solar, afirmó la doctora Eliza Kempton, del Grinnell College, Iowa.
Los astrónomos han detectado vapor de agua en las atmósferas de planetas más grandes, similares en tamaño a Júpiter, pero ahora fueron capaces de detectar moléculas de agua en planetas más pequeños.
El agua tiene implicaciones obvias para la vida, pero el HAT-P 11b está demasiado cerca de su estrella y por lo tanto es demasiado caliente para ser habitable, explicaron.