Gerardo Moncada, coordinador de Transporte Eficiente en El Poder del Consumidor, detalló que dicha medida incrementaría la competitividad del mercado mexicano, mitigaría de manera efectiva y rápida las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático y traería beneficios económicos a los consumidores por el ahorro de combustible.
Señaló que esta norma forma parte del interés, tanto de los actores de la industria, como del público consumidor y recordó que en marzo de este mismo año se realizó un taller organizado por un organismo internacional denominado Consejo de Transporte Limpio, en donde participaron autoridades, organizaciones civiles, representantes de prácticamente todas las empresas armadoras, así como del presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Eduardo Solís, y en donde prácticamente hubo la voluntad de todos, de sentarse a trabajar sobre la norma de eficiencia vehicular, sin embargo dijo “desde el mes de marzo no se ha creado ese espacio, para que se comience a trabajar en forma”.
Lo anterior fue reconfirmado por Sandra Guzmán Luna del programa Aire y Energía del Cemda, quien dijo: “Nos hemos acercado con la AMIA, y justamente lo que plantearon en la asociación es que ellos se encuentran en disposición de tener esta norma; lo que nosotros hemos buscado es que sea una norma ambiciosa, es decir, que los estándares se mejoren y que cuenten con una mejora constante”.
Guzmán Luna informó que la AMIA y la industria automotriz en el país, también han hecho una serie de solicitudes al gobierno federal que van desde tener combustibles limpios, para poder contar con tecnología limpia, “porque mientras más eficiente sea tu auto, más necesidad habrá de combustibles limpios, y hoy no están disponibles en todo el país, entonces, son todo este tipo de cuestiones que ellos ven como un paquete, que están dispuestos a cumplir con esta norma, siempre y cuando existan las condiciones para el aprovechamiento de tecnología y que esta sea utilizada de la mejor manera. Este es un tema que han puesto en mesa y nosotros lo que estamos insistiendo es en que todas las armadoras busquen una norma cada vez más ambiciosa, que sabemos que es difícil de hacer por este tipo de transformaciones en los sistemas de producción de manera inmediata, sin embargo, estamos buscando que sea una norma que realmente compita en los estándares internacionales”, añadió.
Según la información aportada por Cemda y El Poder del Consumidor, la experiencia internacional ha demostrado que la medida que hoy se promueve tiene un costo mínimo, ofrece un beneficio elevado pues disminuye de manera efectiva las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, disminuye la dependencia del petróleo, reordena el mercado automotriz y optimiza el rendimiento del parque vehicular.
Ello señalan, ha sido constatado en los países que integran la Unión Europea, así como en Japón y Corea del Sur, “y va a comenzar a operar en Canadá, Estados Unidos, India, en donde se han establecido estándares similares, con el objetivote elevar la competitividad de sus mercados”, señaló Gerardo Moncada.
En el caso de México, una norma de eficiencia vehicular permitiría:
• Reducir en 28 por ciento las importaciones de gasolina (un porcentaje superior a lo que se reducirá con la construcción de la refinería),
• Abatir 22 por ciento las emisiones anuales de dióxido de carbono,
• Elevar el rendimiento promedio de la flota vehicular de 11.8 kilómetros por litro a 18 km/l en sólo 5 años,
• Ofrecer un ahorro superior al 50 por ciento en el gasto que el automovilista realiza en gasolina.
Entre alrededor de 50 medidas que han sido identificadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la norma de eficiencia es la que ofrece la más alta relación costo-beneficio, según el Centro Mario Molina y el Instituto Nacional de Ecología.
Jorge Macías, especialista en economía ambiental y cambio climático en el Centro de Transporte Sustentable, destacó por su parte, que una norma de eficiencia como la que se solicita, genera "ciertos costos, o ciertos cambios" en la forma en la que están operando las empresas. “Obviamente a ninguna persona, a ninguna empresa le gusta, que le pongan una regulación extra, entonces es muy relevante la normatividad que se está proponiendo, en el sentido de que afecta directamente en un ente regulado muy grande”, estableció.
Sandra Guzmán hizo énfasis en lo complicado que ha sido el dialogo entre todos los actores, porque en efecto la instrumentación de esta norma tiene costo, sin embargo, subrayó que la industria automotriz debe considerar que tiene que invertir para realizar una transformación en sus sistemas productivos, pero que serán costos que en corto plazo se recuperarán.
“Lo que se está tratando de hacer es acercarles mecanismos para hacer esta transición un cambio mucho más fácil. Nos interesa poner este tema en la opinión pública porque al final también es un asunto de los consumidores. Cada persona que va a elegir un auto tiene el poder de decidir, si quiere comprar un auto más eficiente o si va a comprar un auto más bonito, pero menos eficiente, por eso nos interesa mucho poner en la mesa la importancia de norma, desde el ámbito económico por los ahorros que la eficiencia te puede traer a la hora de gastar para gasolina, hasta una cuestión de beneficios ambientales por la reducción de emisiones, y que sean los consumidores quienes puedan incentivar esta demanda, y que la industria automotriz diga, bueno, yo pongo a la venta los automóviles, pero si la gente no los va a utilizar, entonces donde esta el ganar, ganar, entonces. Buscamos una que esto se convierta en una cadena virtuosa y el posicionamiento del tema como una lucha multinivel: económica, ambienta, y por supuesto, para efectos de la calidad de vida de la población”.
Gerardo Moncada señaló que en México los consumidores no cuentan con información y que las marcas automotrices ( a excepción de Peugeot), no incluyen en su ficha técnica el rendimiento que ofrece el vehículo.
“Esta norma en todos los sentidos y ventajas que se han señalado, es una oportunidad para que el consumidor mexicano recupere, el ejercicio de ciertos derechos a la información de los productos que adquiere y para poder identificar de esta forma, los que le generan mejores beneficios”, concluyó Moncada.