Saab Automobile cuenta con catorce interesados en comprar la empresa

Los administradores judiciales del fabricante de coches sueco Saab Automobile anunciaron hoy que hay hasta catorce interesados en adquirir la compañía, en quiebra desde hace dos meses.

Etiquetas: 

De ellos, sólo la mitad están interesados en comprar la empresa en su conjunto, y son estos a los que se les ha permitido acceder a toda la documentación del fabricante sueco y quienes deberán presentar una oferta.

"No se les va a dar mucho tiempo", dijo hoy la administradora Anne-Marie Pouteaux, quien no quiso hablar de plazos concretos ni revelar los interesados.

Los administradores judiciales reiteraron no obstante su propósito de que a finales de este mes que claro si es posible una solución conjunta para Saab Automobile que permita reanudar la producción en la fábrica de Trollhättann (sur de Suecia), paralizada desde hace casi un año.

La holandesa Swedish Automobile (SWAN), dueña del fabricante sueco, presentó en diciembre una solicitud de quiebra de su filial por no poder asegurar la viabilidad económica de la empresa, que atraviesa por graves problemas desde hace casi tres años.

La solicitud afecta también a Saab Automobile Tools y Saab Powertrain.

Aunque los administradores insisten en no querer revelar nombres, varias empresas han mostrado públicamente su interés.

El dueño de la inversora china Youngman, Pang Qingnian, admitió ayer en una entrevista a "Svenska Dagbladet" que la semana pasada presentó una nueva oferta por Saab Automobile, que según este periódico sueco podría rondar los 2.000 millones de coronas suecas (226 millones de euros).

Entre otros posibles compradores se menciona también a la turca Brightwell Holdings, la india Mahindra, la china BAIC y las suecas Volvo Cars y Semcon.

La renuncia de SWAN tras dos años tratando de reflotar la firma sueca se consumó después de que un acuerdo inicial de venta a las chinas Youngman y Pang Da fracasó por las trabas de General Motors.

La multinacional estadounidense, antigua dueña de Saab, se negó a autorizar un acuerdo por las licencias tecnológicas de la firma sueca -que aún son de su propiedad- con los inversores chinos que estaban dispuestos a comprarla, ya que podría perjudicar sus propios intereses en el mercado de este país asiático.

Según la solicitud de quiebra, los bienes de Saab Automobile están valorados en unos 3.000 millones de coronas suecas, menos de la mitad de lo que la firma debe a sus proveedores.