Saab Automobile, que atraviesa graves problemas económicos desde hace un año y medio, informó en una nota de prensa de que mantiene conversaciones con distintas partes para inyectar dinero a la empresa a corto plazo y mediante la venta y alquiler de propiedades.
La compañía sueca resaltó no obstante que no hay garantías de que esas negociaciones sean productivas y tengan resultado, lo que aumenta la incertidumbre sobre el futuro de Saab Automobile.
El fabricante automovilístico ya había anunciado hace unos días un nuevo parón de dos semanas en la producción en su fábrica de Trollhaettan (al sur de Suecia), que se había reanudado a finales de mayo después de casi dos meses, por falta de acuerdo con los proveedores para efectuar pagos atrasados.
Según estimaciones del periódico "Dagens Nyheter", la deuda de Saab Automobile con los proveedores asciende a entre 500 y 600 millones de coronas suecas (entre 55 y 66 millones de euros).
Saab, propiedad de la holandesa Spyker Cars -quien hace un año la compró a General Motors-, cerró un acuerdo a mediados de mayo con la china Pang Da Automobile, que se comprometió a inyectar 110 millones de euros para reflotar la compañía sueca.
Pang Da, el mayor distribuidor chino con más de 1,100 concesiones en el país, acordó pagar 65 millones de euros a Spyker por el 24 por ciento de las acciones de la compañía y otros 45 millones a través de un acuerdo de distribución y fabricación al 50 por ciento.
El acuerdo, que está pendiente de la autorización de las autoridades chinas, compensaría el fallido pacto con la también china Hawtai, que se había comprometido inicialmente a invertir 150 millones de euros en la marca sueca, que recientemente recibió un crédito de 30 millones del fondo de inversión Gemini.
La Oficina Nacional de Deuda de Suecia tiene que aprobar la entrada de Pang Da en el accionariado de Saab Automobile, ya que el Estado sueco figura como avalista del préstamo concedido hace un años por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) a la firma sueca.
El BEI debe todavía decidir si acepta que sea accionista de Spyker el inversor ruso Vladimir Antonov, que ya cuenta con el visto bueno de la Oficina Nacional de Deuda de Suecia y de la multinacional estadounidense General Motors.
Saab Automobile negocia también con el BEI las condiciones para poder vender a Antonov sus instalaciones, valoradas en 270 millones de coronas suecas (30 millones de euros), y luego alquilarlas, con el objetivo de lograr liquidez.
Esas propiedades están incluidas como garantía del préstamo del BEI.