La operación fue anunciada en octubre de 2019 y aprobada casi por unanimidad el pasado 4 de enero, con el 99.15 por ciento de los votos de los accionistas presentes en la reunión de FCA y el 99.95 por ciento de los de PSA.
Con esa unión entre iguales, Stellantis se coloca por volumen de ventas solo por detrás del alemán Volkswagen, la nipona Toyota y la alianza franco-japonesa Renault-Nissan-Mitsubishi.
A la nueva empresa, que comenzará el próximo lunes en el Mercato Telematico Azionario de Milán y en el Euronext Paris, y el martes en la Bolsa de Nueva York, se le estiman unas ventas de más de ocho millones de unidades.
El consejero delegado del nuevo gigante, el portugués Carlos Tavares, ofrecerá el martes una conferencia de prensa virtual para hablar de los objetivos y retos de la compañía.
Sumando los datos de FCA y PSA de 2019 (sin contar con su filial de componentes Faurecia), Stellantis tendrá un beneficio operativo ajustado de unos 12,000 millones de euros; un margen operativo ajustado en torno al 7 por ciento y un flujo de caja libre operativo relacionado con el segmento de automoción de más de 5,000 millones.
Estas cifras habrán registrado fuertes caídas en 2020, debido a la pandemia, pero las compañías aún no han presentado sus resultados financieros del año pasado.
Esta nueva firma tendrá su sede en Holanda y, según dijo, el 4 de enero el consejero delegado de FCA, Mike Manley, presentará gran complementariedad geográfica, "al combinar la excelente posición de PSA en Europa con la fortaleza de FCA en América del Norte y América Latina".
El grupo reúne 14 marcas: PSA con las francesas Peugeot y Citroen y la alemana Opel, entre otras, mientras que FCA engloba a Fiat y sus enseñas satélites (Alfa Romeo, Ferrari o Maserati) junto con la estadounidense Chrysler (donde a su vez hay varias marcas, entre las que destaca Jeep).