En un informe sobre la situación del parque automovilístico español, tanto el fabricante como la empresa de alquiler proponen la prohibición de intercambio de coches de más de 15 años entre particulares.
En ambas peticiones se encierra el propósito de contribuir a una mayor seguridad vial y a una disminución de las emisiones de sustancias nocivas, aspectos que están garantizados con las nuevas generaciones de automóviles.
Sixt y Continental han elaborado conjuntamente una encuesta entre propietarios de coches con más de doce años de antigüedad, en la que al final se señala que la edad media de estos automóviles se establece en 16 años.
Una característica general que preocupa a los promotores de la encuesta es que la mayoría de los consultados afirma estar contento con el rendimiento de esos coches, pese a su alta antigüedad.
También abogan ante el progresivo incremento de la edad media del parque automovilístico español por inspecciones rutinarias de la DGT de la banda de rodadura de los neumáticos y por la prohibición del acceso a los centros urbanos de los coches altamente contaminantes.
Algunos datos de la encuesta ponen de manifiesto que, por la edad del vehículo, sólo un 2 por ciento incorpora control de estabilidad, un 57 por ciento no tiene ABS y el 35 por ciento carece de airbag.
Pese a la falta de estos elementos esenciales hoy en un coche nuevo, los propietarios de estos modelos viejos señalan en un 87 por ciento de los casos sentirse seguros mientras conducen, un 96 por ciento proclama que su automóvil no es ningún riesgo para la accidentalidad y el 88.5 por ciento que frena bien.
Otro hecho preocupante es que el 78.2 por ciento de los propietarios de estos coches manifiesta su deseo de no cambiarlo en los próximos años.
Otro rasgo de despreocupación ante los elementos de seguridad es que el 26 por ciento de estos coches llevan sus neumáticos disparejos, es decir sus características no coinciden ni en marca ni en características y el mismo porcentaje reconoce llevar un desgaste excesivo en las ruedas.
El 15 por ciento acude al concesionario oficial para las reparaciones y mantenimiento, pero la gran mayoría opta por reparaciones de tipo casero o en talleres de barrio.
Para los responsables de ambas marcas, estos datos aportan la conclusión de que los propietarios de este tipo de vehículos no atiende a las campañas de seguridad vial de la Dirección General de Tráfico (DGT).