Francia podría aplicar un impuesto a los coches de los segmentos de alta gama que emiten altos registros de CO2, con el objeto de frenar la caída de demanda de los modelos de las marcas generalistas que constituyen el grueso de las ventas de los fabricantes locales Renault y PSA Peugeot Citroen.
Según la edición digital para Europa de Automotive News, que cita al diario francés La Tribune, la medida forma parte de un plan, plasmado en un Libro Blanco sobre la industria gala, del departamento económico del gobierno francés, encabezado por el nuevo Ministro de Economía, Pierre Moscovici.
La idea central es aplicar el impuesto de lujo como una forma de proteger el medio ambiente, al favorecer a los coches más pequeños y menos contaminantes, pero también se advierte que puede constituir una medida de carácter proteccionista.
La carga de este impuesto afectaría a marcas como Audi, BMW y Mercedes-Benz que concentran en Francia el mayor número de ventas de este tipo de modelos, frente a los constructores locales, cuya oferta en berlinas de lujo es muy limitada.
En el pasado mes de mayo, las ventas de automóviles PSA Peugeot Citroen en Francia cayeron un 28 por ciento, mientras que el volumen de Renault se retrajo un 14 por ciento.
En los cinco primeros meses de este año, PSA Peugeot Citroen eleva la caída en su mercado doméstico un 22 por ciento, en tanto que Renault alcanzó una baja del 20 por ciento.