Según informó la compañía en un comunicado, la recuperación de sus mercados tradicionales y la creciente demanda desde los nuevos ha posibilitado estas cifras de negocio, a pesar de la fortaleza actual de la corona sueca y de las consecuencias del terremoto y posterior tsunami en Japón el pasado marzo.
El beneficio por operaciones de Volvo entre enero y junio de este año ascendió a 1,554.3 millones de euros, lo que supone un incremento del 87.2 por ciento en términos interanuales.
Por su parte, las ventas de la automotriz sueca en este período ascendieron a los 16,512.8 millones de euros, un 18.2 por ciento más en términos interanuales.
"Las ventas se encuentran al mismo nivel que antes de la crisis financiera, (pero) con una rentabilidad en máximos, tanto en términos de margen operativo como en beneficio por acción", aseguró el presidente y director ejecutivo de Volvo, Leif Johansson.
Por regiones, el presidente destacó el comportamiento de la marca en Europa del este, Asia y América del sur, por el fuerte crecimiento de estos mercados y el aumento de las inversiones de la empresa en "presencia industrial", canales de distribución y redes de servicio técnico.
Además, señaló que la demanda en Europa y América del norte se encuentra a "un buen nivel histórico", en parte por las necesidades de renovación del parque actual.
En concreto, las ventas en Europa del este repuntaron en el primer semestre de este año un 73 por ciento; en América del norte, un 23 por ciento; en Sudamérica, un 20 por ciento; y en el norte y oeste de Europa, un 17 por ciento.
Por último, el beneficio por participación del fabricante sueco ascenderá a casi 50 céntimos de euro por acción, lo que supone un incremento del 90.8 por ciento con respecto al reparto por título del primer semestre de 2010.
Con respecto a las previsiones a medio plazo, Johansson aseguró que está "convencido" de que el grupo "continuará su desarrollo positivo" y anunció que en los próximos Volvo "desarrollará y lanzará" un "gran número de nuevos productos".