La devolución por parte de General Motors de casi 6 mil millones de dólares en préstamos y los resultados financieros del Grupo Chrysler en el primer trimestre de 2010 indican que los planes de reestructuración de los dos fabricantes están funcionando.
El presidente y consejero delegado de GM, Ed Whitacre, anunció la devolución de todo el dinero que el fabricante adeudaba a las autoridades de Estados Unidos (4 mil 700 millones de dólares) y Canadá (mil millones de dólares) cinco años antes del vencimiento de los préstamos.
La decisión de Whitacre de cancelar lo antes posible los préstamos públicos cumple la promesa dada por el ejecutivo de acelerar al máximo la devolución del dinero que los contribuyentes aportaron a GM para reestructurar la empresa y eliminar sus partes deficitarias.
Pero también es una prueba de que General Motors contempla con optimismo los próximos meses y que está convencida de que su plan para recuperar clientes y mercado está funcionando.
Las cifras dadas a conocer por el Grupo Chrysler, también el miércoles, apuntan en la misma dirección.
Aunque el tercer mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos (después de GM y Ford) sumó 197 millones de pérdidas en los tres primeros meses de 2010 (que se añaden a otros 3 mil 785 millones de dólares perdidos de junio a diciembre de 2009), los resultados dan pie al optimismo.
Durante esos tres primeros meses del año, Chrysler tuvo unos ingresos de 9 mil 687 millones de dólares, un Ebitda (beneficio bruto de explotación) modificado de 787 millones de dólares y, lo que es más importante, un beneficio operativo de 143 millones de dólares. Además su efectivo en caja aumentó hasta 7 mil 367 millones de dólares.
Todo ello a pesar de que Chrysler está perdiendo cuota de mercado en Estados Unidos y de que desde hace meses no ha presentado ningún modelo nuevo, que es donde sus competidores están sobresaliendo en el capítulo de ventas.
Las cifras confirman las previsiones que Sergio Marchionne, el consejero delegado, realizó a finales del 2009 cuando dijo que, incluso si se mantiene la caída de las ventas, el Grupo Chrysler ha mejorado tanto sus resultados que, desde el punto de vista operativo, no pierde dinero.
Chrysler calcula que cuando concluya este año perderá sólo mil millones de dólares, lo que le dejará con suficiente dinero en sus arcas para aguantar hasta que las sinergias con Fiat empiecen a producir los resultados esperados, principalmente nuevos vehículos capaces de interesar a los consumidores.
Las noticias procedentes de General Motors y del Grupo Chrysler junto con los excelentes resultados de Ford (fuertes ascensos de las ventas mes a mes y beneficios de 2 mil 700 millones de dólares en el 2009) señalan que el sector estadounidense del automóvil está en plena recuperación tras el desastre del 2009.
Y, por supuesto, los serios problemas en los que está inmersa Toyota también ayudan.
Por si esto no es suficiente, una encuesta realizada en marzo por GfK Roper Public Affairs señala que el público estadounidense ve cada vez con mejores ojos los automóviles que produce los tres grandes fabricantes nacionales en detrimento de la empresas asiáticas.
La encuesta dice que el 38 por ciento de los encuestados consideran que GM, Ford y Chrysler producen los mejores vehículos, 9 puntos porcentuales más que otro sondeo similar realizado en 2007.
Mientras, el 33 por ciento coloca en lo más alto a los fabricantes asiáticos, 15 puntos porcentuales menos que hace cuatro años.
Los datos del sondeo también revelan que la confianza de los estadounidenses en los productos de Chrysler deja mucho que desear (sólo un 3 por ciento considera que sus vehículos son los mejores) y ése parece ser el mayor problema que va a tener Marchionne para reflotar al fabricante.