Los fallos técnicos contribuyen de forma decisiva a los accidentes: a ellos se debe el 6 por ciento del total de percances de automóvil, lo que representa anualmente 2000 víctimas mortales y un número muy superior de heridos. Esa proporción se eleva al 8 por ciento en el caso de los accidentes de moto.
El principal problema es que en las carreteras hay demasiados vehículos con fallos técnicos. Algunos estudios realizados recientemente en el Reino Unido y en Alemania indican que hasta el 10 por ciento de los automóviles sufren en cualquier momento un fallo que les impediría pasar la inspección en caso de presentarse a ella en ese momento. Además, la normativa actual no obliga a controlar gran número de fallos técnicos que tienen, sin embargo, graves implicaciones para la seguridad (como, por ejemplo, el ABS o el control electrónico de estabilidad).
La regulación actual de la UE por la que se establecen unas normas mínimas para la inspección de los vehículos data de 1977 y solo se ha sometido a actualizaciones de escasa entidad. En cambio, los automóviles, el comportamiento de los conductores y la tecnología han sufrido profundas transformaciones desde entonces.
Las nuevas propuestas pretenden salvar más de 200 vidas al año y evitar más de 36,000 accidentes relacionados con fallos técnicos.
En palabras del Vicepresidente Siim Kallas, responsable de Transportes, "Si conducimos un coche que no está en buenas condiciones para circular, nos convertimos en un peligro para nosotros mismos y para quienes nos acompañan, familia, amigos o colegas de trabajo. Es más, somos un peligro para todos los demás usuarios de la carretera que nos rodean. No es difícil de entender. No queremos en nuestras carreteras automóviles potencialmente letales".
Con respecto a la inspección obligatoria en toda la UE de ciclomotores y motocicletas, sus conductores, particularmente los jóvenes, constituyen, de entre todos los usuarios de la carretera, el grupo de mayor riesgo.
El aumento de la frecuencia de las inspecciones técnicas para los vehículos de más edad es algo importante, ya que, el número de accidentes graves ocasionados por un fallo técnico aumenta drásticamente entre los cinco y los seis años.
Las inspecciones técnicas para los automóviles y vanes con un kilometraje excepcionalmente alto aumenta también, porque unos y otros se equipararán de esta forma a los otros vehículos de gran kilometraje, como los taxis o las ambulancias.
La mejora de la calidad de las inspecciones técnicas de los vehículos con el establecimiento de unas normas mínimas comunes para las distintas deficiencias, para el equipo y para los inspectores, trata de controlar de forma obligatoria los componentes de seguridad electrónicos.
Se produce, además, una lucha contra la manipulación fraudulenta de los cuentakilómetros gracias al establecimiento de lecturas registradas del kilometraje.
En todos los casos, las propuestas contemplan para las inspecciones técnicas de los vehículos unas normas mínimas comunes a nivel de la UE, dejando libertad a los Estados miembros para, si procede, ir más allá de ellas.