El Ejecutivo europeo explicó en un comunicado que analizó la operación en un procedimiento simplificado, el habitual cuando una fusión a priori no presenta riesgos para el mercado único.
En concreto, Daimler AG se haría con el control de una planta de Mercedes-Benz en Hungría y otras dos de distribución y de servicios financieros que el productor automovilístico tiene en Austria.
Las plantas se dedican, respectivamente, a la venta mayorista y minorista de automóviles, así como a dar apoyo administrativo y financiero y servicios de automoción de Mercedes-Benz.
Con anterioridad, estas tres empresas fueron controladas por Daimler y el Grupo Pappas, según indicó la institución comunitaria.
La factoría de Mercedes-Benz en Kecskemét (Hungría), en la que la compañía ha invertido 800 millones de euros, fabrica entre otros modelos de la marca, el cupé de cuatro puertas de la nueva generación de compactos de la compañía alemana.