Administradores confían en vender Saab este mes sin dividir la empresa

Los administradores judiciales señalaron hoy que mantienen conversaciones con 6 o 7 posibles compradores, interesados en toda la empresa o en partes, pero que no hay ninguna oferta en firme sobre la mesa.

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Los administradores concursales del fabricante de coches sueco Saab Automobile confían en poder vender la empresa antes de finales de este mes y sin tener que dividir la compañía en varias partes.

"Estamos esperanzados por vender los bienes como una totalidad. Veremos a finales de febrero si podemos lograrlo. Pero es todavía nuestro objetivo", declaró hoy en rueda de prensa Anne-Marie Pouteaux, administradora concursal.

Esta solución, que implicaría reanudar la producción de coches, es la preferida por los administradores, aunque tampoco se descarta que varios compradores se junten para adquirir partes de Saab Automobile y sus filiales Saab Automobile Tools y Saab Powertrain.

La holandesa Swedish Automobile (SWAN), dueña del fabricante sueco, presentó hace dos meses una solicitud de quiebra de su filial, aceptada luego por los tribunales, por no poder asegurar la viabilidad económica de la empresa, que atraviesa por graves problemas desde hace casi tres años.

Los administradores judiciales señalaron hoy que mantienen conversaciones con 6 o 7 posibles compradores, interesados en toda la empresa o en partes, pero que no hay ninguna oferta en firme sobre la mesa.

Aunque no han querido revelar ningún nombre, la turca Brightwell Holdings y la china Youngman han mostrado públicamente con anterioridad su interés por adquirir Saab Automobile y reanudar la producción de coches, e incluso han enviado representantes a Suecia.

Entre los posibles interesados se nombra también a la india Mahindra, la china BAIC y las suecas Volvo Cars y Semcon.

La renuncia de SWAN tras dos años tratando de reflotar la firma sueca se consumó después de que un acuerdo inicial de venta a las chinas Youngman y Pang Da fracasó por las trabas de General Motors.

La multinacional estadounidense, antigua dueña de Saab, se negó a autorizar un acuerdo por las licencias tecnológicas de la firma sueca -que aún son de su propiedad- con los inversores chinos que estaban dispuestos a comprarla, ya que podría perjudicar sus propios intereses en el mercado de este país asiático.

Saab Automobile, cuya fábrica en Trollhättan (al sur de Suecia) lleva parada desde hace casi un año, da empleo a unas 10,000 personas, contando empleos indirectos.

Según la solicitud de quiebra presentada por SWAN, los bienes de Saab Automobile están valorados en unos 3,000 millones de coronas suecas, menos de la mitad de lo que la firma debe a sus proveedores.