En un comunicado, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer que la OCDE asentó que muchos de los jóvenes considerados en el grupo de los que no estudian ni trabajan realizan funciones y actividades socialmente útiles.
Además, agregó, están buscando trabajo o colaboran con las tareas del hogar; en consecuencia, sería incorrecto decir que esos jóvenes son improductivos o están ociosos.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de la Juventud (2010), 74 por ciento desea continuar estudiando, 58 tiene experiencia laboral previa (lo cual puede significar que no han permanecido inactivos o desocupados) y 9.8 de las mujeres y 41.1 de los varones que no estudian ni trabajan buscan activamente un empleo.
El fenómeno de los jóvenes que no estudian ni trabajan es de la mayor importancia que exige la intervención de todos los órdenes de gobierno; por lo que es necesario coordinar acciones para ampliar las oportunidades educativas y laborales entre ellos, y las orientadas a fortalecer una cultura de igualdad entre hombres y mujeres.
Al analizar la composición de la población que no estudia ni trabaja por género, se observa que en la mayoría de los países el número más alto corresponde a mujeres; En México, con base en la Encuesta Nacional de la Juventud (2010), se sabe que 77 por ciento están en esta condición.
El elevado porcentaje de mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan se relaciona con aspectos culturales, desigualdades de género y decisiones personales del curso de vida, como la determinación de unirse con su pareja (59.1 por ciento), iniciar y formar una familia (67.2 por ciento tienen hijos).
Hoy en día, indicó el estudio de la OCDE, más de dos tercios de las mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan se dedican a las tareas domésticas (72.1 por ciento).
En contraste, agregó, uno de cada 10 jóvenes varones mexicanos entre 15 y 29 años no trabaja ni estudia, uno de los niveles más bajos entre los países de la OCDE.
Sólo 11 por ciento de los hombres están en esta condición, cifra inferior en cinco puntos al promedio total de los países de la OCDE y por debajo de naciones como Estados Unidos y Canadá, con 14.3; Francia, con 15.2, y España, con 24.7.
La OCDE reconoció la importancia de considerar que el perfil de los jóvenes que no estudian ni trabajan es un fenómeno con múltiples causas y diversas manifestaciones, por lo que varía mucho de un país a otro.
En México, del grupo de 15 a 29 años las mujeres son tres veces más propensas que los hombres a estar en esta condición; esta disparidad se relaciona con decisiones del curso de vida, ya que la mayoría de ellas optaron tempranamente por formar una familia y dedicarse a los quehaceres del hogar, en lugar de seguir en la escuela o trabajar.
En su edición de este año, la OCDE señaló que entre los países miembros de la organización, México ha logrado una de las tasas más altas de matriculación entre los niños de cuatro años de edad, pasando del lugar 21 de 30 en 2005 al cuarto de 37 en 2010.
Destacó que diversos estudios han concluido que la enseñanza preescolar está asociada con un mejor desempeño de los alumnos en niveles educativos posteriores, y que puede contribuir a mitigar las desigualdades sociales, crear las bases de una educación para toda la vida y promover mejores resultados de los estudiantes en general.
El informe señaló que cerca de 100 por ciento de los niños y jóvenes de entre cinco y 14 años de edad participa ya en la educación; desde el punto de vista demográfico, este grupo de edad alcanzó su máximo en 2007.
Al detenerse este crecimiento, México tiene ahora una oportunidad única para fortalecer la calidad de la educación primaria y secundaria en los próximos años.
Asimismo, la OCDE indicó que en México la tasa de graduación en la educación media superior aumentó 14 puntos porcentuales entre 2000 y 2010, cifra superior al crecimiento promedio de ocho puntos porcentuales de los países miembros de la OCDE.
Asimismo, el porcentaje de los mexicanos que han cursado la educación media superior y superior se ha casi duplicado en las últimas cinco décadas.
Sin embargo, persiste el reto de aumentar el porcentaje de alumnos que concluyen la educación media superior (47 por ciento en 2010). Se espera que la Reforma Integral de la Educación Media Superior, adoptada desde 2008, y la reciente obligatoriedad de este nivel coadyuven para que más jóvenes de 15 a 19 años asistan y se gradúen.
En el documento, la OCDE resaltó que en México el gasto promedio por alumno en todos los niveles educativos se incrementó 14 por ciento entre 2000 y 2009.
Destacó que el gasto en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) se incrementó de cinco en 2000 a 6.2 en 2009, cifra similar a la media de la OCDE, a pesar de la disminución que se observó en el PIB entre 2008 y 2009.
En los países de la OCDE la proporción de jóvenes entre 15 y 29 años de edad que no estudian ni trabajan aumentó en 2009 y en 2010, y los que presentaron los porcentajes más elevados fueron Turquía (36.6); Israel (27.4); México (24.4), aunque su incremento fue marginal, de alrededor de 0.5 por ciento, y España (23.7).
Sin embargo, éste es un fenómeno con múltiples causas y manifestaciones, que varían de un país a otro y están influidas por cuestiones culturales y tradiciones nacionales.