El vuelo de los colibríes -una maravilla de la naturaleza- les permite revolotear sobre una flor con precisión quirúrgica y sin rozarla. Hoy un estudio desvela cómo lo hacen: su agudo sentido del tacto les permite crear un mapa corporal tridimensional que les ayuda a geolocalizarse con exactitud.
Un agudo sentido del tacto permite a los colibríes flotar sobre las flores sin rozarlas
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