Los polos de Fred Perry, víctima colateral de la ultraderecha en EEUU

Los movimientos extremistas buscan "fuerza y unidad" a través de su estética y con esa intención los Proud Boys, grupo ultraderechista estadounidense, se han apropiado de los polos de color amarillo y negro de la marca británica Fred Perry para convertirlos en su distintivo, lo que ha forzado a la compañía a retirarlos de la venta en el mercado de EE.UU..

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El grupo Proud Boys ("chicos orgullosos", en inglés), fundado en 2016, adoptó ese modelo de polos como uniforme para los integrantes del grupo. Pero no sólo eso, sino que el logotipo de la marca, una corona de laurel, también ha sido apropiado como símbolo del grupo fascista.

Fred Perry retiró por ese motivo esos polos amarillo y negro del mercado estadounidense en 2019, y recientemente ha confirmado que no volverá a sacarlos a la venta hasta "estar seguros de que dicho grupo ultraderechista se disocia de su marca", según un comunicado de la firma.

La marca asegura no querer verse representada en ideologías que "contradicen" los orígenes del hombre que creó la compañía: un tenista proveniente de una familia obrera y socialista del norte de Inglaterra que lanzó su negocio a mediados de los años 50 junto a un empresario judío.

IDENTIFICACIÓN A TRAVÉS DE LA MODA

La identificación de estos grupos radicales siempre ha estado marcada por diversos factores sociales y culturales, como explica a Efe Blyth Crawford, investigadora del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR, por sus siglas en inglés).

"Los movimientos culturales, como la música que realza la supremacía de la raza blanca, los símbolos y la moda han sido muy importantes a lo largo de la historia para los grupos extremistas", según Crawford, para quien la forma de vestir en estos grupos "crea un sentido de unidad, dando poder a cada miembro del grupo y haciéndoles sentir algo más grande que ellos mismos".

La experta cree que la insistencia de Fred Perry por desligar a su polo de los Proud Boys puede haber resurgido ahora, un año después de la decisión comercial, por la presencia del grupo ultranacionalista en las protestas contra el confinamiento por el coronavirus y contra el movimiento Black Lives Matter.

Destaca que la presencia de los Proud Boys en las redes sociales se ha multiplicado en 2020, lo que también ha podido influir en los esfuerzos de desligar la prenda del grupo.

"Desafortunadamente, es improbable que la asociación de Fred Perry con los Proud Boys desaparezca pronto, mientras el grupo siga vendiendo sus productos con la corona de laurel y sus miembros continúen reconociendo el polo como uniforme del grupo. El trastorno que esto ha causado para la marca se ve probablemente como una broma privada por los Proud Boys, que podrían verlo como una señal de su éxito", añade.

UNA COSTUMBRE CON HISTORIA

"Ya en la Segunda Guerra Mundial veíamos la presencia de grandes diseñadores como Hugo Boss que confeccionaba los uniformes nazis ", explica a Efe la documentalista española especializada en moda Alicia Iglesias.

Iglesias afirma que a lo largo de la historia la moda no sólo ha protagonizado cambios de década, estilo y glamour: "La moda va mucho más allá, crea esencia y personalidad, algo a lo que este tipo de grupos necesitan aferrarse para distinguirse" asegura.

La relevancia de este grupo de extrema derecha se ha hecho viral a raíz de los últimos acontecimientos en Estados Unidos, desde las protestas contra el movimiento social "Black Lives Matter" hasta las palabras del presidente, Donald Trump, quien les pidió en un debate preelectoral "dar un paso atrás y estar preparados" para lo que venga.

Uno de los nuevos métodos de expansión de estos grupos con ideologías extremistas son las redes sociales: en EE.UU. se fundó en 2018 Parler, aplicación de noticias de extrema derecha a imagen de Twitter, donde no sólo los Proud Boys se han hecho virales, sino personalidades como la activista Laura Loomer, expulsada de Twitter en 2018 por sus comentarios racistas.

La red social estadounidense ha sido la más descargada de este verano (entre las aplicaciones de noticias) en ese país, y defiende un mundo en línea en el que todos puedan expresarse libremente, aunque no están invitados a esta "libertad de expresión" otras opiniones divergentes.

"El nacionalpopulismo (alt-right) ha intentado conscientemente presentar una imagen pulcra al adoptar ropa y peinados 'elegantes'. Esta elección les ha permitido apelar a una audiencia más convencional, a la que podría haber causado rechazo una estética más cercana al nazismo. Al normalizar su estilo, el nacionalpopulismo desafía a la audiencia general a repensar su percepción de qué aspecto tiene un extremista", dice Crawford.

Y alude a la adopción por algunos movimientos de una estética "Nazi-Hipster" o "Nipster", con la que usa la moda para "cimentar un fuerte sentido de pertenencia a una identidad colectiva y atraer a nuevos miembros".

La nueva crisis sanitaria a raíz de la covid-19, podría ser un momento de inflexión para el apoyo social hacia estos grupos, que ha provocado que "muchas personas de extrema derecha hayan podido ser escuchados por personas que anteriormente nunca se hubieran abierto a este tipo de ideologías", según la investigadora británica.