Esa situación, expuso Laura Ordóñez, médico adscrita al Hospital Español de México, permite que esa enfermedad compleja e impredecible avance y aumente la discapacidad en las personas que la tienen.
Al impartir la conferencia "¿Cómo diagnosticar esclerosis múltiple de forma oportuna?", expuso que vivir con una enfermedad así causa un gran impacto en el paciente joven porque no sabe a ciencia cierta qué es, cuándo pueden tener una recaída, un ataque de la enfermedad, qué tanto le va a afectar y si le va a causar una discapacidad.
En el marco de la Reunión Anual de la Academia Mexicana de Neurología, refirió que los estudios indican que hasta el 80 por ciento de los pacientes pueden llegar a tener discapacidad, y además disminuye la expectativa de vida 10 años, en promedio, de ahí la importancia de un oportuno diagnóstico.
"Si no estamos metidos en el ambiente médico o si no acudo frecuentemente al médico de pronto puedo sentir síntomas que son muy vagos y no le tomamos importancia", por lo que es importante crear una programa de difusión de la esclerosis múltiple en la sociedad, consideró.
Por otra parte, el diagnóstico oportuno se puede retarasar porque como este padecimiento tiene una evolución mala e impredecible los pacientes tienen miedo y prefieren evitar acudir con los especialistas.
También, dijo, en algunas de las instituciones de salud del país las consultas y los estudios médicos se demoran, aunque son indispensables para detectar la enfermedad; "a veces los pacientes tardan semanas, incluso meses en poder tener acceso a una herramienta diagnóstica como es una resonancia magnética".
"Esto también hace que el diagnóstico pueda diferirse entre dos o cuatro años, incluso más. La idea sería tratar de ajustar todo esto, dar prioridad a los síntomas que se puedan presentar para dar un diagnóstico en forma más oportuna", apuntó.
Y es que los síntomas son variables en todos los pacientes, todo depende de la parte del sistema nervioso que se afecte; por ejemplo, uno muy común es la neuritis óptica, que consiste en inflamación del nervio óptico a nivel cerebral que provoca disminución en la agudeza visual, dolor ocular y distorsiona los colores.
Otro síntoma común es la mielitis transversa, una afectación a nivel de la médula espinal que provoca adormecimiento, calambres, hormigueo, debilidad en extremidades o en los troncos, alteraciones urinarias y una sensación de descarga eléctrica cuando se flexiona el cuello.
"Si se nos afecta el tallo cerebral que es la parte posterior del cerebro (esto ayuda con la coordinación) y también si se afecta alguna de estas partes, podemos tener vértigo, visión doble, alteraciones del lenguaje y pérdida del equilibrio", añadió Laura Ordóñez.
Agregó que el retraso en el diagnóstico de la enfermedad incrementa los niveles de discapacidad, por lo que es muy importantes seguir con la difusión de este padecimiento y establecer estándares de atención en pacientes con sospecha de esclerosis.
Además de "estándares de tratamiento para pacientes que presentan un infarto cerebral, hay que establecer si un paciente, por ejemplo, tiene síntomas que sugieran esclerosis múltiple".
La cara de esta enfermedad, abundó, ha cambiado con el tiempo y hoy en día hay nuevas herramientas que permiten modificar la historia natural de este padecimiento y hacerlo muy tratable y mejorar el pronóstico a largo tiempo.