En un comunicado, el titular de la División de Nefrología y Trasplantes del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Eduardo González Espinoza y José Ignacio Cerrillos Gutiérrez, nefrólogo del mismo nosocomio, dieron a conocer riesgos de la enfermedad renal.
Añadieron que una vez trasplantada una mujer, si desea embarazarse debe seguir diversas indicaciones para prevenir malformaciones en el bebé, toda vez que deben ajustarse en ella los tratamientos inmnosupresores que se suministran para prevenir el rechazo orgánico y que normalmente tienen contenido de ácido mecofenolico.
Además, se recomienda a mujeres que han sido trasplantadas intentar un embarazo (si así es como lo desean) dos años después de su intervención y antes de transcurridos cinco años, puntualizaron los especialistas.
En cuanto al funcionamiento hormonal, señalaron que la enfermedad renal tiene repercusión, por ejemplo, en la producción de estrógenos en la mujer y, de hecho, la insuficiencia renal anticipa la llegada de la menopausia en edades más tempranas.
Los expertos agregaron que desde los 40 años de edad se han presentado casos de pacientes con menopausia temprana debido a la enfermedad renal.
Incluso, las pacientes con enfermedad renal ven una afección sistémica, sufren además alteraciones en su producción de calcio y fósforo, lo que puede incrementar su riesgo para el desarrollo de osteoporosis.
Los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad tanto en mujeres como en hombres son los mismos, la herencia familiar, diabetes, hipertensión, obesidad y mantener una dieta alta en la ingesta de proteínas o consumir prolongadamente suplementos con alto contenido proteíco o medicamentos sin prescripción médica, explicaron.
Los nefrólogos refirieron que, en sus inicios, la enfermedad renal es silenciosa y cuando se presentan síntomas es debido a que la patología ha avanzado.
Detallaron que las manifestaciones más típicas del daño renal suelen ser retención de líquidos o hinchazón (edemas en el cuerpo), presencia de espuma en la orina, náuseas, vómitos, falta de apetito y fatiga, entre otros.
Por lo anterior, señalaron que es recomendable realizarse un examen general de orina y sangre una vez al año, para medir la presencia de proteínas en el organismo, más aún si se tienen factores de riesgo para enfermedad renal.
Indicaron que, en general, en el servicio de Nefrología se atienden por igual número de mujeres y hombres con padecimientos renales; no obstante, en la incidencia de enfermedades como lupus eritomatoso, hay una prevalencia de hasta seis casos de mujeres por cada varón.