Las conclusiones del estudio, publicadas este miércoles en la revista BMJ Journal, son relevantes especialmente para las familias de bajos ingresos cuya dieta consiste mayormente de productos procesados y envasados.
"Los resultados muestran que el consumo de alimentos ultra procesados por parte de la madre está asociado con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad en su criatura", indicó el artículo.
Por ejemplo, se detectó un riesgo un 26 % más alto en el grupo con el nivel más alto de consumo de productos procesados por parte de las madres (12.1 porciones por día), comparado con el grupo de consumo más bajo (3.4 porciones por día).
"Los alimentos ultra procesados, como bocadillos horneados, salados y envasados, las bebidas gaseosas y los cereales azucarados, que se encuentran en las dietas modernas de estilo occidental, están vinculados con aumento de peso entre los adultos", señaló el artículo.
Para determinar qué vínculo pueda haber entre la dieta de la mujer embarazada y el peso de sus hijos, los investigadores analizaron los datos de 19,958 niños y niñas nacidos de 14.553 madres.
Además del consumo de alimentos y bebidas ultra procesados por parte de las mujeres embarazadas, los científicos tomaron en cuenta una gama de otros factores influyentes y que se sabe que están relacionados con la obesidad infantil como el peso de la madre, su actividad física, el tabaquismo, si la madre tenía pareja, y su nivel de educación.
También tomaron en cuenta si los niños consumían alimentos ultra procesados, y su nivel de actividad física o vida sedentaria.
En conjunto 2,317 niños, o el 12 % del total analizado, desarrollaron sobrepeso u obesidad en un período promedio de seguimiento de cuatro años.
La obesidad infantil es un problema grave en Estados Unidos que afecta a unos 14.7 millones de niños y adolescentes, esto es el 19.7 % de la población con edades entre 2 y 19 años, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus sigla en inglés).
La obesidad está presente en el 26.2 % de los hispanos menores de 18 años; comparado con el 24.8 % entre los afroamericanos y el 16.6 % de los blancos.