Los niños que nacen con cataratas pueden sufrir una alteración llamada nistagmo, mejor conocido como “ojos bailarines”, que consiste en el movimiento oscilatorio e involuntario de los ojos.
En entrevista, Marco Antonio Ramírez Ortiz, Jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, detalló que esos movimientos pueden ser rápidos, lentos, horizontales, verticales y circulares, y es una manifestación anormal, por lo que el niño con este problema debe ser atendido de inmediato por el oftalmólogo.
El nistagmo también se presenta cuando hay alguna dificultad visual grave heredada como las alteraciones de retina, daño en el cerebro que complica enviar la señal para el adecuado movimiento de los ojos, o puede ser un problema congénito, por lo que está presente desde el nacimiento.
También se debe a que los nervios ópticos son más delgados de lo normal o es un síntoma inicial de un tumor en el cerebro.
El Jefe del Servicio de Oftalmología indicó que los desplazamientos oculares involuntarios del nistagmo se aceleran cuando la persona se encuentra en una situación de ansiedad o estrés.
El nistagmo ocurre a cualquier edad, pero en un recién nacido es más grave porque puede ser un síntoma de enfermedad grave como las cataratas en ambos ojos, infecciones oculares de tipo toxoplasmosis o padecimientos de la pigmentación de la piel mejor conocidos como albinismo.
Finalmente, el especialista subrayó que para encontrar la causa precisa se realizan estudios de tomografía o resonancia magnética de los ojos y cerebro. Aunque los pacientes en la mayoría de los casos no tienen una cura definitiva, pueden mejorar su función visual con terapia adecuada y en algunos casos, se puede disminuir la frecuencia del nistagmo con cirugía ocular.