De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), evitar y aliviar el dolor debe ser parte integral del derecho a la salud física y mental[3], por lo que destaca la importancia de mantener un control eficaz de esta sensación tan desagradable que merma la calidad de vida. Señala que el dolor, como padecimiento, puede limitar de tal manera la libertad de los pacientes, que actualmente se considera uno de los problemas de salud más subestimados a nivel mundial[4].
La Doctora Daniela González, Enlace Médico Científico de Biopharma para Novo Nordisk México, afirma que no solo la salud física y el movimiento de los pacientes se ve afectado, sino que también el bienestar emocional se vulnera, provocando que en ocasiones el aislamiento social y la dependencia familiar sea inevitable.
“Los pacientes con Hemofilia suelen presentar hemorragias articulares que cursan con dolor e inflamación importante que pueden llegar a impedir el uso de la articulación y, de no recibir el tratamiento adecuado, provocar dolor crónico y daños permanentes que impidan incluso la movilización. Asimismo, puede haber sangrados musculares en donde éste desarrolla rigidez, se inflama, genera calor y dolor; si este sangrado es profundo, se produce presión en arterias o nervios, provocando daños irreversibles y, en consecuencia, dolor crónico”, afirmó la Doctora González.
Adultos de más de 40 años con Hemofilia severa han manifestado un promedio de cuatro articulaciones adoloridas, siendo el tobillo el sitio más común, y han reducido sus actividades cotidianas hasta en un 89% pero, además, el estado de ánimo había decaído de manera significativa[5], con conductas que van desde enojo, miedo, ansiedad y depresión2.
Ante esta situación, la recomendación siempre será la de acudir a un especialista que pueda realizar un diagnóstico adecuado y a tiempo, para proceder al suministro de un tratamiento que reduzca el riesgo de hemorragias, consistente en la aplicación del Factor de Coagulación faltante en la sangre de manera preventiva, mejor conocido como Profilaxis.
“Estamos conscientes que el dolor en muchos casos es inevitable, pero actualmente el vivir con él ya no debería ser opción, menos en un padecimiento como la Hemofilia, pues actualmente los tratamientos disponibles y que se administran de forma oportuna garantizan una vida prácticamente normal, contribuyendo a evitar problemas como la depresión o la ansiedad que pudieran aparecer junto con el padecimiento”, afirmó.
El manejo de pacientes con Hemofilia deberá realizarse a través de un equipo multidisciplinario e integral, se habla de disponibilidad de hematólogos, ortopedistas, médicos rehabilitadores, enfermeras, fisioterapeutas, odontólogos, trabajadores sociales, psicólogos, etcétera, que trabajen en conjunto para prevenir los sangrados y por consiguiente el dolor, así como una posible discapacidad por daños articulares o musculares, sobre todo brindando el acompañamiento necesario para garantizar su bienestar integral.6