Ancianos cubanos que han sobrepasado los cien años "desvelaron" hoy en La Habana los "secretos" para lograr una longevidad activa que, a juzgar por sus experiencias, es cuestión de hábitos saludables, buena alimentación, actitud positiva o amar y ser querido, sin descartar tampoco el factor "suerte".
"¿Mi secreto?: la calma, la experiencia, la cultura, leer... Nunca fumé. Tampoco bebí, bueno en alguna fiesta sí", dice riendo Graciela Cañas Pérez-Puelles que con cien años, cinco meses y 18 días derrochó este jueves simpatía y vitalidad en el encuentro de personas centenarias celebrado en el IX Congreso de Longevidad Satisfactoria de La Habana.
Esta risueña profesora de Pedagogía que aprendió a tocar el piano de oído y que juega ajedrez y lee a Lezama Lima y a autores rusos o franceses también recomienda practicar deporte, principalmente montar en bicicleta y nadar.
Sentada al lado de Graciela, Dulce María Tugros, de 104 años, no ha practicado nunca deportes y para ella el secreto de vivir muchos años reside en "hacer bien a todo el mundo", según dijo esta anciana de cuidadas manos y esmerada manicura aficionada a escribir poesías.
A sus cien años, Berta Poey Tamayo vive sola y nada más levantarse enciende el "fogoncito", se prepara un café y enciende el televisor: le encantan las noticias y las telenovelas. Su "truco" de longevidad, según cuenta, es la "tranquilidad, cuidarse, no tener disgustos y llevarse bien con todo el mundo".
"Es importante que te quieran. Y además hay que dar gracias a Dios todos los días", dice Berta, una mujer de voz clara y rotunda apasionada del café, que come de todo, sobre todo ensaladas, y que de vez en cuando se toma una copita de vino dulce.
Zoila Esperanza Caballero de Varona tiene 102 años y recientemente superó dos isquemias cerebrales que no le han impedido acudir a la "fiesta de los centenarios". Su consejo es que "la vida ha de llevarse con calma" y que tener buen carácter, ser alegre y sentirse querido contribuye a vivir más y mejor.
En el grupo reunido en el Hotel Nacional de La Habana eran mayorías las mujeres centenarias. De los varones, Arcadio Radillo, de 102 años y un habitual de estos encuentros, resume su vida diciendo que él ha sido y es feliz.
Arcadio asegura ser el decano de los masones en Cuba mientras exhibe el anillo que le identifica como tal, se declara aficionado al deporte -fue pitcher de béisbol-, a la música -toca el tres cubano- y al ajedrez, dice que le gusta comer de todo y que es muy creyente.
También está al tanto de la actualidad nacional e internacional: "Dígame, ¿que le pasó a Zapatero? (José Luis Rodríguez, presidente de España)", preguntó durante la entrevista a las puertas del Hotel Nacional.
Con 101 años, Marino Rodríguez se ríe cuando le preguntan el "secreto" de su larga vida: "La suerte", responde este anciano de rasgos orientales que dice practicar deporte todos los días y que se pone serio para recomendar a los jóvenes que consagren su vida a hacer el bien.
Cuba cuenta actualmente con 1,551 personas que superan los cien años, según datos oficiales. La persona más longeva de la isla, con 126 años, es Juana Bautista de la Candelaria que vive con su familia en el poblado de Campechuela (provincia de Granma) a unos 800 kilómetros de La Habana.
La esperanza de vida en Cuba es una de las más altas de la región y se sitúa en unos 78 años, en el caso de los hombres 76 y en las mujeres en 80.
Casi dos millones de cubanos tienen más de 65 años, según datos oficiales y la estimación es que en un plazo de quince años se alcancen casi los tres millones, lo que representaría un 26 por ciento de la población.