El diputado Sebastián Lerdo de Tejada Covarrubias resaltó que es paradójico que se haya reprobado a la Secretaría de la Función Pública, dependencia que controla la corrupción.
“La derecha no tiene remedio, el país sí, y el remedio es que se vayan a su casa y dejen en paz a este pobre país, por su ineficacia, su corrupción, su maniqueísmo”, sentenció el diputado Sebastián Lerdo de Tejada Covarrubias.
Al participar en el debate sobre el resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2010, reiteró que tenemos un gobierno federal caro, malo y corrupto.
El diputado federal priista rechazo que se pretendan lanzar cortinas de humo desde la oposición y enfatizó que tampoco se trata de un asunto de buenos y malos, sino de legalidades e ilegalidades, de eficacia e ineficacia, frente a lo cual el sexenio calderonista está reprobado.
“Y no lo dice el PRI, lo dice el Auditor Superior, lo dice la realidad social, lo dicen los más de 50 mil ejecutados, lo dice la pobreza, lo dice la deuda pública, lo dice el resultado de un gobierno ineficaz, “maniquéico” y pobre, pobre en todos sus sentidos”, precisó.
Lerdo de Tejada criticó que aún en los estertores de un sexenio de fracaso, los panistas sigan en los diagnósticos.
Más aún, calificó de paradójico que el Auditor Superior de la Federación haya reprobado a la Secretaría de la Función Pública, la dependencia creada precisamente para controlar la corrupción en el gobierno.
“Si esa Secretaría está reprobada, pues ya, bajar la lupa a las demás, pareciera ocioso. Por eso quisiera reiterar nuestra exigencia a la Junta de Coordinación Política, para que comparezca ante el Pleno el secretario de la Función Pública”, aseveró.
Sebastián Lerdo manifestó su disposición para que se investigue todo cuanto sea necesario, considerando que tienen la obligación constitucional de ejercer la facultad de control a través de la Auditoría Superior de la Federación.
En este sentido, rechazó que se trate de un debate de coyuntura política reduccionista, y ofreció datos específicos: durante el gobierno de Calderón, la deuda pública del sector público federal creció 90.2 por ciento.
“¿Con qué cachaza vienen ustedes a esta tribuna a decir que eso no es importante?”, cuestionó a los legisladores de Acción Nacional.