Meade así lo prometió luego de convertirse en el primer aspirante no militante del partido que más tiempo ha gobernado a México.
Ello fue posible luego que el PRI cambiara sus estatutos, en una jugada que parecía cantada para remontar la poca pegada de quienes se anunciaban como sus aspirantes a suceder en la silla presidencial a Enrique Peña Nieto.
'Habrá combate frontal a la corrupción, ni un sólo peso al margen de la ley', exclamó Meande ante dirigentes y funcionarios del PRI, a quienes prometió dar continuidad a los planes de gobierno del actual mandatario, pero también a transformar el país.
'Creemos en hambre de servicio no creemos en hambre de poder', puntualizó quien ha desempeñado varias secretarías (Relaciones Exteriores, Desarrollo Social, y Hacienda), incluso con cargos en dos administraciones de diferente signo político.
Meade iniciará precampaña el 14 de diciembre, pero los sectores de poder del PRI cerraron filas con su nominación, lo cual lo pone en la pelea por la Presidencia de la República frente a Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), quien también enarbola la lucha contra la corrupción.
Morena es el partido con registro nacional de más reciente creación y crecimiento, sobre todo a partir de las denuncias de López Obrador, quien va por su tercer intento por el máximo puesto de gobierno del país.