Durante el segundo día del “1er. Seminario internacional para repensar el futuro ante la era Trump”, organizado por Nueva Alianza en coordinación con el Atlantic Council y el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset capítulo México, el doctor en Economía, profesor de Filosofía Política y Metodología de las Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona, indicó que actualmente se habla de populismo como si fuera una tendencia consolidada.
En la vieja casona de Xicoténcatl, antigua sede del Senado de la República, Ovejero Lucas ejemplificó el caso del presidente francés Emmanuel Macron, quien, dijo, “ganó de rebote porque algunos de sus rivales eran medio gangsters, otros eran inútiles y enfrente había una fiera desatada”. Tal conjunción circunstancial produjo su triunfo, aseguró.
Al exponer la ponencia magistral “¿Y si la democracia representativa muere?” en este segudo día de reflexión y análisis, aseguró que la victoria electoral de Donald Trump también fue un descuido “y el destino es implacable con los menores descuidos, como alguna vez dijo (Jorge Luis) Borges… pero esas no son las tendencias sólidas de la historia”.
Opinó que la cuestión importante sería reflexionar: ¿Cómo un mensaje profundamente irracional que apela a las emociones, que alienta al odio, tan vacío programáticamente, haya podido triunfar?
El también investigador invitado de la Universidad de Chicago y colaborador del diario El País y la revistaLetras Libres, precisó que desde el punto de vista del contenido, lo que caracteriza al populismo es la ausencia de programas y hacer de esta ausencia el programa mismo. Es decir, hay un enfoque de moralismo porque continuamente están diciendo, “nosotros somos buenos, los otros son corruptos”, y convierten este mantra en una declaración de principios.
Asimsimo, argumentó que el sistema de competencia entre partidos políticos allana el camino para escoger a los mejores, la coherencia intelectual es indiscutible, y éstos, van a detectar las preferencias de la gente para proporcinarles solución, “pero hay muchas variantes y será a través del voto que se señalen las preferencias”.
Ovejero Lucas dijo que los partidos políticos a lo mejor no son “santos y sabios, pero si quieren mantenerse en el poder, tienen que obtener el mayor número de votos” y para obtener el mayor número de votos tienen que atender al mayor número de votantes. Por lo tanto, “santos o diablos están obligados a atender las demandas de los votantes”.
Posteriormente, en entrevista con Agencia ANA, precisó que lo ideal para asegurar la democracia representativa a través de procesos electorales “sería que ese mecanismo de representación fuera corregido por procesos de discusión en donde no se tratara tanto de atender cualquier cosa que los ciudadanos piden, sino sus necesidades, pero con base en discusiones, deliberaciones entre diversas comunidades, distintos grupos y en el seno de las propias instituciones parlamentarias”.
Entonces, manifestó Ovejero Lucas, la democracia se vincula con un principio de interés general, de principio de justicia y de leyes en las personas que se sienten comprometidos porque, “aunque no ganan mis opiniones, mi voz ha sido atendida, escuchada y al menos me gané el derecho una réplica razonable”, y es lo que habría que tratar de institucionalizar, opinó.
Por otra parte, a pregunta expresa, el especialista puntualizó que sería deseable que este “1er Seminario para repensar el futuro” tuviera repercusión internacional: “Siempre es saludable que los partidos políticos atiendan a una reflexión meditada de más largo plazo y, en ese sentido, ser un partido emergente como Nueva Alianza tiene algunas ventajas porque no está enfocado en ganar las próximas elecciones, sino en atender los problemas importantes que desbordan los ámbitos locales y son de alcance global”.
Ante el desafío que ha lanzado Nueva Alianza a través de este Seminario, para invitar a la reflexión de los riesgos que trae la era Trump, el internacionalista dio un mensaje a los turquesa: “Traten de contener la emoción frente a la emoción, es decir, que lo que se imponga sea el razonamiento y frente al votante ciego y miope, el ciudadano comprometido tenga una idea de interés general, de democracia; a Trump no hay que vencerlo con otro Trump del otro lado, sino traducir institucionalmente los viejos principios democráticos que inspiraron a su propio país y que él desde luego ha traicionado”.