"El gobierno jamás dejará que la inflación quede fuera de control", afirmó Mantega, jefe del equipo económico del gabinete de la presidenta Dilma Rousseff, en una entrevista a la revista Veja.
Mantega señaló que la inflación es "lo peor para Brasil" y por eso justificó el "ajuste" acometido por el gobierno a partir de 2011, lo que ha supuesto tasas de crecimiento muy bajas para un país emergente.
La inflación acumula una alza del 3.15 por ciento entre enero y junio y una ganancia interanual del 6.7 por ciento, cifra que supera en dos décimas el techo que el gobierno considera tolerable.
"Entramos en 2013 con la inflación más elevada. Afortunadamente, la inflación en el precio de los alimentos, la más fuerte, ha perdido intensidad. Hoy los datos muestran que la inflación brasileña ya está retrocediendo a un nivel más cómodo", afirmó el ministro.
Brasil creció un 7.5 por ciento en 2010, pero la economía se desaceleró un año después (2.7 por ciento), prácticamente se frenó en 2012 (0.9 por ciento) y en el presente ejercicio se recupera a tasas inferiores a las metas oficiales.
Los analistas privados calculan que la economía crecerá este año entre el 1.9 por ciento y el 2.5 por ciento, mientras que el gobierno eleva esa cifra hasta el 3 por ciento.
Mantega explicó que Brasil "necesita ponerse metas", a pesar de que el Ejecutivo reciba críticas por la falta de credibilidad de sus cálculos.