El vicepresidente del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, Hasan Tuluy, expresó en una entrevista con Efe en la capital panameña su "optimismo" por el futuro de la región, aunque destacó la productividad como una cuestión clave para ello.
Tuluy basa su entusiasmo en el hecho de que América Latina, con un producto interno bruto (PIB) de más de cuatro billones de dólares, "ha logrado generar políticas económicas y financieras correctas, y al mismo tiempo establecer políticas redistributivas en materia de inclusión social que han funcionado".
Como resultado, "en la última década unos 73 millones de latinoamericanos dejaron de ser pobres", con el agregado "muy significativo de que por primera vez cayó de forma importante la inequidad, un problema histórico" de la región, resaltó el vicepresidente del organismo multilateral.
Un informe del BM publicado en noviembre pasado definió a los integrantes de la clase media latinoamericana, cifrada en 152 millones de personas hasta 2009, como aquellos con un ingreso de entre 10 y 50 dólares por día y per cápita.
El contexto económico favorable que vive América Latina, con cuentas fiscales en orden y una clase media que crece y demanda bienes y servicios, le permitirá crecer este año entre el 3.5 por ciento y el 3.8 por ciento, y a mediano plazo, hasta el 2015, un 4 por ciento en promedio, dijo Tuluy al revelar las previsiones del BM.
"El reto ahora es lo que yo he bautizado 'la batalla por la productividad', para poder generar un crecimiento que sea efectivo, que permita la reasignación de recursos también en el área social, como sucedió en la década anterior", dijo el vicepresidente del BM.
El primer asunto que deben abordar los Estados para favorecer el incremento de la productividad "es mejorar la calidad de la educación", porque en América Latina el problema "ya no es tanto el acceso" como su valor, afirmó.
Cada país tiene sus especificidades, con algunos de grandes dimensiones con un mercado interno muy fuerte y otros pequeños que dependen del mercado externo para poder sobrevivir, pero el tema de una "educación débil es común" a todos, sostuvo.
"También hay buenos ejemplos de procesos que inician, de cooperación entre el sector público, los centros de enseñanza y el sector privado, de manera que los estudiantes que salen de secundaria y la universidad estén preparados para el mercado de trabajo. Esos ejemplos queremos no solo apoyarlos sino que crezcan", añadió.
El segundo "gran tema" para impulsar la productividad es la inversión en infraestructura, porque "en las décadas perdidas (Latinoamérica) no invirtió suficientemente en electricidad, agua potable, saneamiento, y eso tiene que desarrollarse ahora", aseguró Tuluy.
"No es solamente producir los bienes, sino que hay que poder llevarlos al mercado de una forma eficiente, competitiva", resaltó el vicepresidente del BM.
El tercer asunto que puede influir en la productividad de los países es que el Estado sea "efectivo, capaz de entregar servicios a la población que los demanda de manera eficiente".
"No se trata de un debate sobre si el Estado tiene que ser más grande o más pequeño, lo que nosotros decimos es que tiene que ser un Estado inteligente", aclaró Tuluy.
En ese sentido, el vicepresidente del BM señaló que en América Latina "tiende a ser bastante común que el Estado sea pequeño, con la excepción de Brasil", lo que de alguna forma limita las políticas pública y fiscal.
El funcionario del BM señaló a las asociaciones público-privadas como una opción para que el Estado llene el vacío que deja, por ejemplo, que tenga una recaudación baja porque es pequeño y por ello carecer de recursos para invertir en infraestructura.
América Latina debe optar por "generar más recursos que pueden ser provistos por el sector público, por el sector privado, por asociaciones. Hay que mejorar la educación, hay que invertir en infraestructura. Hay que optar por cambiar las cosas", afirmó Tuluy.