Richardson, un experto en Corea del Norte que sirvió también como enviado especial de Estados Unidos en este país, hizo estas declaraciones a su llegada al aeropuerto de Pekín procedente de la capital norcoreana, adonde viajó el lunes en compañía de Schmidt.
El político estadounidense calificó su visita de cuatro días al hermético país norcoreano como una "misión humanitaria privada", y aseguró a los periodistas congregados en el aeródromo pequinés que había sido "constructiva" y "exitosa", ya que Pyongyang tiene el ánimo de mejorar sus relaciones con Washington.
Aunque Richardson y Schmidt habían manifestado su intención de persuadir a los líderes norcoreanos para que liberaran a Kenneth Bae, un guía turístico estadounidense detenido en el país comunista en noviembre por supuestos "actos hostiles" contra el régimen, la tentativa no tuvo éxito.
Richardson lamentó hoy no haber podido verse con Bae, pero enfatizó que las autoridades norcoreanas le han asegurado el buen estado de salud del detenido.
Fuentes de la embajada de Estados Unidos en Pekín aseguraron a Efe que el viaje no fue oficial y que no se atenía a ningún plan previsto por el Departamento de Estado estadounidense.
El viaje, en el que se cree que las delegaciones de los visitantes se reunieron con líderes políticos y militares, ha sido criticado por el departamento de Estado de Estados Unidos al producirse apenas un mes después de que Corea del Norte lanzara un cohete de largo alcance para, según Pyongyang, poner en órbita un satélite científico.
Sin embargo, Washington considera que el lanzamiento encubre una prueba de misiles de largo alcance, por lo que, junto a Corea del Sur, Japón y algunos aliados europeos, ha instado a la ONU a que expanda el paquete de sanciones del Consejo de Seguridad contra el país comunista.
Por otra parte, varios medios de comunicación surcoreanos han conjeturado que, durante el viaje, Schmidt podría haber buscado oportunidades de negocio en el sector de la informática en Corea del Norte, estrictamente regulado por el régimen de Kim Jong-un en su afán de impedir la entrada de contenidos extranjeros en el país.