Los expertos de este prestigioso centro berlinés pronostican una caída del producto interior bruto de un 0.2 por ciento respecto al tercer trimestre del año, en el que el PIB creció todavía un 0.2 por ciento.
La industria redujo considerablemente su producción en el cuarto trimestre del año, argumentó al respecto el instituto.
"La demanda desde la eurozona fue débil en los últimos meses. A ello se suma que las empresas en Alemania han limitado masivamente la demanda de bienes de capital", señaló el responsable de estudios coyunturales del DIW, Ferdinand Fichtner.
No obstante, se mostró convencido de que la desaceleración de la economía no se prolongará durante mucho más tiempo y que la coyuntura mundial volverá a coger fuerza paulatinamente.
Las empresas alemanas, que están bien posicionadas precisamente en los países emergentes, se beneficiarán significativamente de esta situación y podrán aprovechar las ventajosas condiciones de financiación para ampliar considerablemente sus inversiones, subrayó el DIW.
Así lo reflejan también los buenos ánimos de la industria que depende fuertemente de las exportaciones y que desde hace dos meses mira con mayor confianza hacia el futuro.
De la misma manera, los expertos esperan que se mantenga la situación estable en el mercado laboral.
"La cifra de empleados descenderá en un primer momento ligeramente, sobre todo en la industria y en lo que respecta a la prestación de servicios próxima a este sector. Pero ya a partir de la primera es previsible que las empresas vuelvan a contratar a más personal", pronosticó Fichnter.