Hollande, al término de la primera jornada de la cumbre comunitaria que se celebra en Bruselas, destacó los "progresos" logrados y dijo que "a principios de 2014" Europa tendrá en funcionamiento "todo el edificio de la Unión Bancaria".
El primer paso es la supervisión bancaria europea acordada por los Estados miembros, con una fórmula que según el jefe del Elíseo hará que se controle por esa vía el 82 por ciento del sector bancario de Alemania y el 95 por ciento del de Francia.
Eso permitirá que en el primer semestre de 2013 sea posible la recapitalización directa de los bancos en problemas desde el fondo europeo de rescate bajo "ciertas condiciones", aseguró.
Para finales de año, todo eso se completará con un mecanismo de resolución bancaria y con un sistema de garantías.
"Si me hubiesen dicho en mayo que podíamos ir tan rápido, habría sido el primer sorprendido", aseguró Hollande, quien consideró que ya se reúnen "las condiciones para salir de la crisis de la zona euro".
Según el dirigente galo, la "confianza" debe volver a Europa y apuntó que esa mejoría se ha manifestado ya en los mercados, con una reducción de los costes de financiación para los Estados.
"Ahora tenemos que salir de la crisis económica", consideró Hollande, quien avanzó que su "prioridad" para 2013 será la promoción del crecimiento y el empleo.
En este sentido, destacó la importancia del acuerdo para tener un "fondo de solidaridad" en la zona euro con el que financiar determinadas políticas en base a "contratos" entre los países y Bruselas.
Las modalidades, explicó, deberán cerrarse el próximo mes de junio y los "contratos" no estarían disponibles este año, pero la idea es que estén abiertos a todos los países y no sólo a los que están en una peor situación.
Como ejemplo, dijo que Francia podría utilizar esa figura para "acompañar" sus políticas de crecimiento, de competitividad o de impulso de la investigación.
Hollande defendió el concepto de un "fondo de solidaridad" vinculado a "contratos" por encima de la fórmula propuesta originalmente, que hablaba de una "capacidad fiscal" para la eurozona, al considerar que ese término podría dificultar las negociaciones del marco presupuestario de la UE para los próximos siete años, aún pendientes de resolución.
Los cambios más profundos en la arquitectura económica de la Unión, en concreto los que necesitarían modificar los tratados, se afrontarían a partir de 2014, cuando se celebran elecciones europeas, explicó el presidente francés.
Por otra parte, Hollande indicó que se ha abierto la puerta a la posibilidad de flexibilizar los plazos de reducción del déficit público para países que estén ya por debajo del tope del 3 por ciento del PIB y que están haciendo "un esfuerzo de inversión" para promover el crecimiento.