"Nos pusimos de acuerdo sobre los ejes básicos de las medidas, (...) pero es muy importante empezar inmediatamente la negociación para la extensión de su periodo de aplicación hasta 2016", explicó Evangelos Venizelos, del partido socialdemócrata Pasok, uno de los socios de la coalición.
Las nuevas medidas suman 13,500 millones de euros, de los que 11,500 millones serán recortes presupuestarios y otros 2,000 millones se ingresarán mediante una reforma fiscal y la lucha contra la evasión de impuestos, confirmaron a Efe fuentes del Ministerio de Finanzas.
Algunos medios griegos han apuntado, sin embargo, que el reparto de partidas podría ser ligeramente diferente, con 10,500 millones de recortes y 3,000 millones de ingresos.
El Gobierno aún no ha concretado las medidas, pero la prensa local habla del retraso de la jubilación hasta los 67 años, de la reducción de pensiones y salarios entre los empleados públicos, un aumento de impuestos a profesionales autónomos y despidos de funcionarios, aunque menores a los exigidos por la troika.
En un principio, estos recortes debían ponerse en práctica hasta 2014, pero en la reunión de hoy se acordó de forma definitiva exigir dos años más de plazo para aplicar las reformas.
"Nuestros socios (europeos) deben comprender que Grecia ha hecho esfuerzos increíbles y que el único peligro para que Grecia no consiga pagar sus deudas es continuar la situación actual. La frase 'Apoyamos a Grecia a condición que cumpla con sus obligaciones' es una bomba contra la eurozona", advirtió Venizelos.
También prometió a la población que su partido y el Gobierno harán "lo imposible para que estas medidas sean las últimas", una cantilena que han repetido los sucesivos Ejecutivos helenos desde que comenzó la crisis de deuda griega en 2010.
De hecho, Fotis Kuvelis, líder del centro-izquierdista Dimar, también en el Gobierno, explicó a la prensa que su partido pretende incluir en el plan de ahorro una cláusula para reducir los recortes si las nuevas medidas para incrementar los ingresos impositivos superan la recaudación prevista.
El Gobierno griego debe aún recibir el visto bueno de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, FMI), a la que presentará el plan el próximo lunes en Atenas, según explicó el ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras.
Los jefes de misión de la troika regresarán el domingo a Atenas después de que la semana pasada interrumpieran las negociaciones con Sturnaras, ante el aumento de la tensión, debido a la exigencia del FMI de más recortes, algo a lo que el ministro griego se negó a comprometerse por miedo a desestabilizar el Ejecutivo.
Queda pendiente saber cuándo se presentarán las medidas al Parlamento griego, ya que Sturnaras aseguró que antes deben recibir el visto bueno "de los socios europeos".
Según fuentes del Ministerio de Finanzas consultadas por Efe, la votación parlamentaria tendrá lugar después del 18 de octubre, día en que se celebra una cumbre de jefes de Estado de la UE.
En esa cita se debatirá la demanda de Grecia de la extensión de plazos, que implica más necesidad de financiación, así como la concesión del nuevo tramo de ayuda financiera por valor de 31,500 millones de euros que Atenas necesita para recapitalizar sus bancos.