El Ejecutivo de coalición entre conservadores y laboristas lo considera una cuestión clave para convencer al significativo número de indecisos que aún no saben cómo votará en la consulta popular porque creen que el tratado pone demasiado énfasis en las políticas de austeridad.
Según una encuesta publicada este domingo por The Sunday Business Post, un 53 % del electorado irlandés dará el "sí" al nuevo documento europeo, seis puntos más respecto a un sondeo efectuado el 19 de abril.
Un 31 % se declara contrario al texto, cuatro puntos menos respecto a abril, mientras que el número de indecisos ha caído solo dos puntos desde el pasado mes, hasta el 16 %.
Una portavoz del Gobierno de Dublín indicó hoy a Efe que los líderes de la UE trabajan para redactar un borrador con propuestas de crecimiento económico y creación de empleo con vistas a añadirlo al tratado de estabilidad en un "futuro próximo".
Según esta fuente, el Ejecutivo irlandés espera que "algunas propuestas concretas" serán abordadas durante la cumbre de la UE del próximo 23 de mayo, nueve días antes de que el electorado de este país acuda a las urnas.
El Gobierno, añadió la portavoz, continúa comprometido a celebrar el 31 de mayo ese referéndum, a pesar de que los detractores del tratado han pedido que se posponga.
El llamado "grupo técnico" del Parlamento de Dublín, que acoge a varios diputados independientes, recordó hoy que el propio Gobierno alemán ha decido retrasar la ratificación del tratado, a pesar de que se opone al llamamiento efectuado por el presidente electo francés, François Hollande, que quiere renegociarlo.
Hollande quiere plantear a la canciller alemana, Angela Merkel, una reforma del tratado de la UE firmado a principios de marzo que incluya medidas de reactivación económica, como contrapeso al rigor presupuestario.
En este sentido, el diputado irlandés independiente Shane Ross insistió hoy en que la "incertidumbre" que rodea a este asunto demuestra que la fecha del la celebración del plebiscito en este país "está totalmente desfasada".
Aún en el caso de que la mayoría del electorado irlandés diga "no" al tratado, esa decisión no impedirá que entre en vigor, pues solo se precisa el apoyo de doce países de la UE.
El Ejecutivo de Dublín, no obstante, advierte de que el "no" dañaría la marcha del actual programa de ayuda de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a este país, cuantificado en 85.000 millones de euros.
La ministra de Protección Social, Joan Burton, recordó hoy que el nuevo tratado ofrece a Irlanda un "cojín" para el futuro a través del acceso a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (MEDE).